Concierto del sábado por la noche en Tokio, domingo en el Super Bowl de Las Vegas: Taylor Swift puso fin a su largo viaje y llegó al estadio con otras dos estrellas.
La superestrella del pop Taylor Swift mira el Super Bowl en vivo desde el estadio de Las Vegas. Unas buenas dos horas antes del inicio del partido de fútbol entre los Kansas City Chiefs y los San Francisco 49ers, la NFL publicó un vídeo del jugador de 34 años en X y anunció la llegada de la novia del profesional de los Chiefs, Travis Kelce. “Taylor Swift está aquí con Ice Spice y Blake Lively”, subtitula el vídeo. Al igual que Taylor Swift, Ice Spice es músico, Lively es actriz y modelo.
Collar como amuleto de buena suerte y muestra de amor.
Cuando llegó al estadio, Swift vestía pantalones oscuros y una blusa oscura, con una chaqueta roja sobre el hombro y lápiz labial rojo brillante. Llevaba el pelo recogido en una coleta suelta.
Swift tiene una relación con el profesional de los Chiefs, Travis Kelce. En el Allegiant Stadium, los seguidores de los 49ers tenían la ventaja acústica. Cuando Swift, que estaba viendo el partido en vivo desde un palco, apareció en la pantalla grande del estadio, muchos de los presentes abuchearon. Luego, la cantante vació el vaso que sostenía en la mano de una sola vez y lo golpeó contra la mesa frente a ella. También se exhibió un accesorio romántico: Swift llevaba alrededor del cuello un collar con el número 87, el número de camiseta de su novio.
La jugadora de 34 años ha asistido a numerosos partidos de los Chiefs en el estadio desde su relación con Kelce, atrayendo mucha atención a la Liga Nacional de Fútbol. Muchos de los millones de fanáticos de Swift ven juegos de la NFL. Según un estudio, el artista ha aportado a la liga y a los Chiefs un equivalente en marketing de 331 millones de dólares desde septiembre.
Si Swift llegaría a Las Vegas a tiempo para el Super Bowl LVIII ha sido un gran tema desde que los Chiefs se clasificaron. Dio un concierto en Tokio el sábado por la noche. Debido a la gran diferencia horaria y con la ayuda de un jet privado, ya había llegado el sábado a Los Ángeles. Desde allí se tarda unos 70 minutos en vuelo hasta la metrópoli del juego en el estado estadounidense de Nevada.