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El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha propuesto una reforma constitucional radical mientras utiliza sus últimos meses en el cargo para intentar remodelar las instituciones del país y dictar términos para su sucesor.
Un conjunto de unos 20 cambios propuestos el lunes incluyen planes para una Corte Suprema elegida directamente y una legislatura más pequeña. Los planes también prohibirían el fracking y eliminarían un instituto encargado de hacer cumplir la transparencia gubernamental.
También incluyen una propuesta para otorgar a los trabajadores pensiones equivalentes a su salario final.
López Obrador, presidente desde 2018, caracterizó las reformas como una forma de deshacer las políticas de sus predecesores “neoliberales”. “Todo lo aprobado por los legisladores en ese largo y nefasto período se caracterizó por un afán de lucro y un desprecio a las mayorías”, afirmó.
El partido del presidente Morena no tiene los votos para aprobar los cambios ahora, pero espera poder proceder después de las elecciones de junio, que serán las más grandes en la historia de México por el número de escaños disputados y determinarán el sucesor de López Obrador y un nuevo congreso. El presidente, que no puede presentarse a la reelección, dejará el cargo en octubre.
Mientras tanto, las propuestas le permiten establecer la agenda durante la campaña, presionando a la oposición y a su protegida, Claudia Sheinbaum, para que los rechacen o los apoyen.
“Es una voluntad y un testamento político”, dijo el analista político Sabino Bastidas. “[It is] control de su movimiento y de su sucesor, es un mensaje ideológico fuerte para el interior de su partido”.
López Obrador ganó la presidencia en 2018 con una imagen antisistema y de hombre del pueblo que le ha permitido mantener un índice de aprobación del 55 por ciento.
El líder izquierdista ha aplicado políticas poco ortodoxas, incluidos severos recortes en la administración pública, entregando un poder económico sin precedentes a los militares y aumentando el gasto en programas sociales y el salario mínimo. También ha intensificado las críticas a la oposición, los medios y las instituciones a las que acusa de intentar frenar su agenda.
En los últimos 12 meses, la Corte Suprema de México ha bloqueado algunas de sus reformas clave, convirtiendo a la institución en un objetivo para sus partidarios. El cambio constitucional propuesto el lunes haría que los jueces del tribunal fueran elegidos directamente.
El actual favorito para la presidencia es Sheinbaum, ex alcaldesa de Ciudad de México que está 16 puntos porcentuales por delante del candidato opositor Xóchitl Gálvez, según una encuesta de enero del periódico El Financiero.
Sheinbaum ha prometido construir el “segundo piso” del proyecto político de López Obrador y dice que respalda los cambios que propone.
Sin embargo, los analistas políticos dijeron que es poco probable que el próximo presidente iguale la popularidad de López Obrador. Su sucesor también enfrentará presiones fiscales más intensas y tendrá que tratar de frenar a los grupos del crimen organizado que han ido ganando territorio y control.