Los aficionados del Amberes provocaron disturbios durante y después del partido contra el rival de la ciudad, el Beerschot, en Lieja. Beerschot ganó el partido de manera convincente por 1-4. En el camino de regreso, los autobuses de los seguidores de Beerschot fueron apedreados en un aparcamiento de la autopista. Una persona resultó levemente herida por los cristales que salieron volando.
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