Siete goles, muchos campeones y un partido loco: el City marca 4, pero Benzema mantiene a la Real en la carrera

Citizens por momentos demoledor y tres veces con doble ventaja, pero el penalti del francés con la cuchara en la final mantiene abierta la carrera a la final

El mejor partido del año, uno de los más emocionantes de la historia de la Champions League. El 4-3 con el que el Manchester City venció al Real Madrid en la ida de semifinales fue algo maravilloso, casi difícil de contar por su infinita belleza. Le gustaría dar las gracias al fútbol, ​​también porque habrá otros 90 minutos en el Bernabéu que prometen ser igual de memorables. Al final, el resultado es un poco ajustado para el City, que tuvo algunos rebrotes locos que el Madrid luchó por contener. Pero no se puede menospreciar de ningún modo a una Real que nunca ha sido machacada y siempre ha encontrado la fuerza para no abandonar el partido. El primer tiempo con la joya del posible próximo Balón de Oro, Karim Benzema, después de que un Mahrez por momentos suntuoso pero no siempre lúcido en sus elecciones había tirado por la borda el 3-0 al contragolpe. Y luego en la final en el 4-2, cuando Laporte esencialmente le dio a Benzema el penalti de un doblete.

EL PARTIDO

El City juega 25’/30′ de balón Olimpo. Foden y Mahrez siembran el pánico: el ex Leicester atrae la inclusión de De Bruyne, que marca a los menos de 2′. La Real nunca se lleva a los Citizens: Gabriel Jesús se burló de Alaba, que había buscado un avance complejo en el área, y de Courtois frío. En el peor momento de la Real, con el City en doblete, Benzema convierte un centro no demasiado especial de Mendy en el gol del 2-1 con un zurdazo que es una obra maestra. Tal vez Zinchenko no sea perfecto en la anotación, pero ¿cuántos delanteros pueden anotar así? Arranca de nuevo en la segunda mitad con el City empujando: Fernandinho, adentro por los Stones lesionados, recupera el balón alto y lo pone en la cabeza de Foden. 3-1. Poco después el propio Fernandinho falla sobre Vinicius, que mete bola y cadena en el metacampo y se acorta enseguida. En un partido así también se necesita un gran árbitro: Kovacs da una ventaja muy inteligente tras una falta sobre Zinchenko, balón a Bernardo Silva y centro a los postes. Si terminara 4-2 Guardiola tendría una gran ventaja sobre Ancelotti, en cambio llega la credulidad de Laporte y la frialdad de Benzema, que también cuchareó a Ederson. Ahora, ven temprano el próximo miércoles. Y que pasen los mejores a la final: después de estos 90′ ambos se lo merecen.



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