Al igual que los bancos, las empresas de cifrado tendrán que investigar la identidad de sus clientes y el origen de su dinero y deberán informar sobre transacciones sospechosas. Los clubes de fútbol profesional también deben identificar claramente con quién hacen negocios, como patrocinadores y agentes de jugadores. Tanto las empresas de criptomonedas como los clubes de fútbol tendrán que informar sobre transacciones sospechosas, bajo pena de fuertes multas.
Financiamiento del terrorismo
En la Unión Europea se prohibirán los pagos en efectivo de más de 10.000 euros. Los negocios de los ultrarricos serán monitoreados más de cerca. Un mejor registro de bienes caros –desde villas hasta superyates y desde autos deportivos hasta obras de arte– debería dejar claro quién es el propietario final.
Evadir las sanciones económicas, por ejemplo por parte de los rusos ricos, también debe volverse más difícil. Por lo tanto, la lucha contra la circulación de dinero criminal y la financiación del terrorismo debe ser más sencilla y más estricta.
Los servicios de investigación financiera recibirán más poderes para rastrear activos ocultos y sospechosos. Por encima de estos servicios nacionales se colocará una autoridad europea contra el blanqueo de dinero (Anti-Money Laundering Authority o AMLA). El organismo de control europeo vigilará de cerca al menos cuarenta empresas sensibles al dinero delictivo, como las bolsas de cifrado. El servicio central también prestará más atención a los denunciantes, por ejemplo a los informantes anónimos que denuncian abusos en instituciones financieras. Aún no se sabe dónde se alojará AMLA.