La Tierra se calentará entre 2,5 y 2,9 grados según el informe climático de la ONU: se necesita una intervención “implacable”

Ese es el amargo mensaje informe anual de gases de efecto invernadero del brazo ambiental de las Naciones Unidas, PNUMA, que se publicó el lunes por la tarde. Todas las políticas climáticas actuales sumadas no son suficientes para mantenerse por debajo de los 2 grados acordados internacionalmente. Los expertos de la ONU calculan que a finales de este siglo la temperatura en la Tierra será entre 2,5 y 2,9 grados más alta.

Según la política actual, se estima que las emisiones globales de CO2 en 2030 serán alrededor de un 9 por ciento más bajas que en 2022. Eso suena fantástico, pero mantenerse por debajo de los 2 grados de calentamiento requiere una reducción adicional del 28 por ciento de los gases de efecto invernadero necesarios. Esto es aproximadamente cuatro veces las emisiones anuales totales de Europa.

En 2023, la temperatura global aumentará más de dos grados por primera vez. Con 2,06°C ya estamos muy por encima del límite fijado originalmente.

Para mantenerse por debajo de 1,5 grados, el mundo tendría que emitir un 42 por ciento menos de gases de efecto invernadero, además de las políticas actuales. Eso es más de seis gases de efecto invernadero equivalentes a los de Europa y que el mundo tendría que reducir en alguna parte, todo en siete años.

La directora del PNUMA, Inger Andresen, compara la política climática con un disco de gramófono que se atasca una y otra vez: “Necesitamos sacar la aguja del surco de la ambición insuficiente y la falta de acción, y crear un tipo de registros diferente (que los registros climáticos, ed.): el de las transiciones verdes y justas y la financiación climática”.

Energía solar

Aunque actualmente el mundo está invirtiendo a gran escala, principalmente en energía eólica y solar, las emisiones de gases de efecto invernadero aumentaron un 1,2 por ciento el año pasado, hasta un nuevo récord de 57,4 mil millones de toneladas de “equivalentes” de CO2, una medida en la que todos los gases de efecto invernadero se convierten en CO2. Casi una cuarta parte de esa cantidad proviene de China, con su enorme población y nuevas industrias.

El PNUMA no cree que Europa logre alcanzar cero emisiones para 2050, y China para 2060, como los líderes gubernamentales han prometido solemnemente. “Las promesas de emisiones netas cero actualmente no se consideran creíbles”, afirma el informe. “Ninguno de los países del G20 está limitando sus emisiones a un ritmo coherente con sus objetivos netos cero”.

Los cálculos del PNUMA son unas décimas de grado menos favorables que el año pasado, porque el PNUMA utiliza métodos de cálculo un poco más modernos. El año pasado se dijo que con las políticas actuales el mundo se calentará entre 2,4 y 2,6 grados. Ahora es de 2,5 a 2,9 grados.

Frontera mágica

El informe de la ONU llega antes de la cumbre climática COP28, que se celebrará el 30 de noviembre en Dubái. Ese pico ya está comenzando bajo mala estrella: existe la posibilidad de que la temperatura mundial este año sea temporalmente 1,5 grados más alta que en la época anterior a la industrialización, o incluso más. Por ejemplo, septiembre en la Tierra fue en promedio 1,8 grados Celsius más cálido que en la época anterior a la industrialización: el mes más caluroso jamás medido.

Las cifras son importantes porque la comunidad internacional hará por primera vez oficialmente un balance de la política climática en Dubai, un ritual aritmético llamado “Evaluación Global”. Después de eso, los países, si todo va bien, endurecerán sus planes climáticos. Sin embargo, la pregunta sigue siendo si esto será posible al ritmo necesario para alcanzar los objetivos climáticos de París. Esto requiere “mitigación y transformación implacables hacia bajas emisiones de carbono”, señala el PNUMA.



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