El ministro destaca que en Bélgica se compran cada año 400 millones de dosis de somníferos. Por lo que se toman más de un millón de dosis cada día en nuestro país. Además, parece que la mayoría de los pacientes toman el medicamento por más tiempo del recomendado y más de uno de cada tres muestra signos de dependencia psicológica.
A partir del 1 de febrero, el médico de cabecera puede prescribir tratamientos por parte del farmacéutico para ayudar a los pacientes a reducir el uso diario de somníferos. Se trata de somníferos de prescripción, a base de benzodiazepinas y productos afines, como Zolpidem y Lormetazepam. Luego, el farmacéutico prepara cápsulas con una cantidad de medicamento que disminuye gradualmente.
Los pacientes no tienen que pagar extra por el servicio. Solo pagan la medicación que el farmacéutico incorpora a los preparados.
“Hoy en día, la gente suele pedir consejo médico a su farmacéutico”, dice Vandenbroucke. “Estamos ampliando aún más esa relación de confianza y su experiencia al involucrar activamente a los farmacéuticos en la reducción del uso excesivo de pastillas para dormir”.
Se han destinado 150.000 euros para el primer año del proyecto. Esto puede ayudar a unos 650 a 1000 pacientes (dependiendo del programa de reducción, con qué frecuencia tienen que visitar al farmacéutico).
Hay más iniciativas en camino. Por ejemplo, los pacientes que toman de forma crónica cinco o más medicamentos diferentes al año también podrán acudir a su farmacéutico a partir del 1 de abril para tomar la medicación correctamente y recibir la orientación necesaria.