El ex presidente de la DFB, Theo Zwanziger, criticó a los próximos anfitriones de la Copa del Mundo, Qatar, por el proyecto fallido “Flussbett” y no descartó una influencia en el procesamiento del asunto de la Copa del Mundo de 2006 por parte del emirato del desierto.
“En relación con Qatar, ya nada me sorprende”, dijo Zwanziger en Koblenz.
Según un informe, el joven de 76 años y 20 años, como miembro del ejecutivo de la FIFA, se vería influenciado en su postura crítica hacia Qatar por la compañía de un ex agente de la CIA hace unos años. “No sé si me contactaron”, dijo Zwanziger, y enfatizó: “No recibí dinero”. En ese momento, sin embargo, ya se habían hecho intentos para influir en él en la asociación mundial. El proceso es una prueba del brazo largo de Qatar y particularmente pérfido. “Cuanto más lo pienso, más me duele”, dijo Zwanziger.
Ahora tiene claro que Qatar ha tenido al menos una influencia indirecta en las investigaciones sobre el cuento de hadas de verano de la Copa del Mundo de Alemania 2006, que aún no se ha aclarado por completo. Se notó una y otra vez que había “un alto grado de parcialidad” entre las autoridades involucradas, especialmente en Suiza.
Si bien hubo años de investigaciones contra Zwanziger y otros exdirigentes del fútbol y desde entonces se suspendieron los procedimientos, el empresario qatarí Mohamed Bin Hammam, la figura central del escándalo, aún no ha sido interrogado. Una vez, diez millones de francos suizos ingresaron en la cuenta de una empresa perteneciente al exvicepresidente de la FIFA, que fue sancionado de por vida en 2012, el equivalente exacto a los 6,7 millones de euros que la Asociación Alemana de Fútbol había transferido previamente a la FIFA.