El albanés parecía destinado a la Fiorentina, el polaco a quedarse quieto en el Empoli, pero la negociación entre las dos empresas toscanas se estancó. E incluso Muriel ya no parece feliz en Bérgamo
Los desperdicios del mercado de fichajes son aquellas situaciones que no pasan y que luego derivan en dolor de estómago o intolerancia. Un ejemplo es Szymon Zurkowski, centrocampista polaco de 24 años, obligado a quedarse en Florencia debido al repentino frío en las relaciones entre su actual club y el Empoli. Sin embargo, se había llegado a un acuerdo para su regreso a esa parte de la Toscana que lo había hecho feliz: unos 3,5 millones por la tarjeta, cesión definitiva, sin arrepentimientos morados.