El estado físico y mental de Nicolò es un buen augurio para el técnico: su polivalencia puede ser el arma extra
Roberto Mancini, en la grada el sábado del Roma-Atalanta, no necesitó tomar notas: Nicolò Zaniolo lo «descubrió» y para él es un libro abierto, aunque mientras tanto el chico ha escrito capítulos nuevos, diferentes. Lo que le interesaba era comprobar cómo está y el técnico ha visto cosas buenas y acertadas: los giallorossi pueden ser un hombre más para el playoff de finales de marzo.