Cada año World Press Photo premia las mejores fotos periodísticas del mundo, y por supuesto este año no podían faltar las fotos de la guerra ruso-ucraniana. También fotos del desastre climático y ecológico, y de la protesta de las mujeres iraníesllamar mucho la atención.
Sin embargo, otras fotos premiadas muestran historias que estuvieron menos en las noticias occidentales el año pasado. Esa es una política consciente de World Press Photo. El año pasado se ajustó el procedimiento de selección: las inscripciones de 3.752 participantes de 127 países pasaron primero por manos de jurados regionales que hicieron las preselecciones desde su propia parte del mundo (África, Asia, Sudeste Asiático y Oceanía, América y Europa ), y luego elegir conjuntamente a los ganadores. Como resultado, las noticias de otras partes del mundo se cubren mejor, los fotoperiodistas locales son premiados más rápidamente y las inclinaciones eurocéntricas del fotoperiodismo internacional se diluyen un poco.
En su informe del jurado, el jurado parcial africano elogia a los fotógrafos que evitan los “estereotipos nocivos” y los “clichés” sobre el continente. También llama la atención que este y otros temas valoren explícitamente el ‘enfoque interseccional’ de los fotoperiodistas premiados, un enfoque en el que se consideran juntas varias formas de opresión (sexismo, racismo, homofobia, lucha de clases).