En septiembre de 2015, se expuso una estafa a gran escala que involucraba al Grupo Volkswagen en los Estados Unidos. VW había programado sus autos diésel de tal manera que pasaban la prueba de emisiones en el laboratorio, pero en el funcionamiento normal en carretera, expulsaban demasiados óxidos de nitrógeno dañinos al aire. Estos llamados «dispositivos de desactivación» están prohibidos en los EE. UU. y la UE. En los EE. UU., VW tuvo que adaptar los sucios automóviles diésel con convertidores catalíticos. Pero no en Europa, donde la Autoridad Federal de Transporte Motorizado de Alemania es responsable.
Que se satisfizo con una actualización de software. Después de eso, los autos diésel VW todavía estaban sucios en la carretera, expulsando muchos más óxidos de nitrógeno en el aire de lo que permiten los valores límite. La razón de esto fueron los nuevos dispositivos de desactivación que Volkswagen programó en la actualización de software y justificó como «ventanas térmicas».