“¿Lo atacaron porque quiere mantener las drogas y los teléfonos fuera de prisión? Lo sospechamos”. Anoche, el coche del guardia de prisión Joris (30), alias, fue blanco de una bomba incendiaria en su casa de Heers. El autor arrojó el objeto en llamas por la ventanilla del coche, que se quemó por completo, y huyó del lugar. Pero también dejó una inquietante tarjeta en el buzón, en la que amenaza al carcelero y a su familia. Un colega cuenta la historia, porque Joris, muy sorprendida, ya había sido amenazada antes… La policía judicial federal está llevando a cabo la investigación.
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