Voluntariado penitenciario, Sesta Opera San Fedele cumple 100 años. Todas las iniciativas


Cifras inquietantes. Al límite de la guardia: en Italia hay casi 60.000 presos, al menos 9.000 más de la capacidad prevista. Una hacinamiento muy grande, de una media del 120 por ciento, que hace cada vez más problemática la convivencia de los presos en un contexto que no sólo degrada su dignidad sino que impide ese proceso de reeducación fundamental en la base del nuevo sistema judicial.

Una situación insostenible, agravada por la lentitud de los juicios, que corre el riesgo de estallar y que provoca cada año un número cada vez mayor de suicidios. Las causas son obvias: sensación de soledad, enfermedades, el elevado número de extranjeros (19.000), estructuras ruinosas, ausencia de estímulos reeducativos que, según los últimos estudios, favorecen la reinserción social de los presos, reduciendo drásticamente el retorno. al crimen.

Por tanto, están entrelazados muchos problemas, de carácter social y judicial, que no se pueden resolver con una varita mágica. Especialmente en Lombardía, la región con la mayor tasa de hacinamiento (152%), que precede a Apulia (146%) y Friuli-Venezia Giulia (136%). Pero se puede hacer algo para reducir este impacto devastador. Una importante contribución, a menudo ignorada por los medios de comunicación, la realizan quienes están más allá 18 mil voluntariosrepresentantes de diversas redes nacionales de asociaciones (JSN, Arci, CNCA) que operan en las prisiones italianas.

“Un trabajo duro y agotador, porque los que vienen del mundo libre tienen que pasar por 11 puertas”, explica Ferdinando, de 44 años, un preso brasileño que diseñó una máquina de reciclaje que le da trabajo a él y a otros presos. Un compromiso que viene de lejos, el de las redes, como lo demuestran los cien años que lleva el “Sexta Ópera San Fedele”una de las asociaciones de voluntariado penitencial más antiguas fundada en 1923 en Milán por un grupo de laicos de espiritualidad ignaciana (hoy Comunidad de Vida Cristiana) con sede en el Instituto Leone XIII de Porta Volta, hoy San Fedele.

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Impulsados ​​por el precepto evangélico de llevar consuelo a los presos, decidieron dedicar unas horas a la semana a los internos de la prisión de San Vittore. Un primer paso de un largo camino dividido en varias etapas. El más significativo se produjo en 1968, cuando, a instancias de la Ópera de Sesta, la Acción Católica Italiana reunió en un único Secretariado (SEAC) a todas las organizaciones y a los voluntarios individuales implicados en la asistencia penitenciaria.



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