Volkswagen, después de Diess, un nuevo capítulo para la electrificación

El reemplazo de Herbert Diess por Oliver Blume al frente del Grupo Volkswagen sugiere nuevas direcciones en la estrategia eléctrica que toman mejor en cuenta las condiciones actuales del mercado y la tecnología.

Gianluigi Giannetti

23 julio

La firma que le dio una transformación eléctrica al grupo Volkswagen es la misma que ahora firma un acuerdo amistoso para dejar la empresa, uno que en esencia vale la pena la entrega. Al marcharse, Herbert Diess cierra inevitablemente una página mucho más amplia que la relativa a la historia reciente del gigante de Wolfsburgo. Más bien, concluye la primera fase de la electrificación forzada impresa en el automóvil en Europa, la del entusiasmo de una posible carrera hacia el encanto tecnológico de Tesla, que se logrará sin embargo con automóviles destinados al mercado masivo. En definitiva, la era del apoyo incondicional de un gobierno alemán encabezado en su momento por Angela Merkel, capaz de impulsar a toda la Unión Europea en un proceso de conversión sin dudas, sin frenos, sin tal vez una relación completa con la sostenibilidad económica y la capacidad de gasto de los consumidores. . Herbert Diess sale de un escenario que él construyó, y que ahora dominan las dudas del resto de empresas que le han seguido, en una calle de sentido único de la eléctrica que ha sabido hacer frente a una demanda que no despega. , con márgenes inciertos, problemas con el suministro de componentes electrónicos y ahora también con el precio de la energía subiendo verticalmente por la guerra en Ucrania. Todas las eventualidades sucedieron entonces, en un mundo menos ideal que el diseñado por Diess. Su despedida no es solo una reorganización del grupo Volkswagen, sino también una vuelta a la realidad.

HERBERT DIESS, ACELERACIÓN ELÉCTRICA

El 12 de abril de 2018, Herbert Diess asume la presidencia ejecutiva de la marca y de todo el grupo Volkswagen, demostrando un liderazgo que se le otorga de manera estratégica para transformar radicalmente la empresa en sus mecanismos fundamentales. Procede de BMW, y no le falta protagonismo al proponerse con una imagen deliberadamente más ágil y desenfadada que en el pasado del grupo alemán, a dejar de lado. En cuatro años, sin embargo, choca de frente con una lógica que necesitaba un tiempo técnico mucho más largo para cambiar. Sus conflictos con el consejo de vigilancia son épicos por el deseo de hacer recortes considerados útiles para invertir más en el cambio eléctrico. Solo en diciembre pasado, Diess provocó vehementes protestas entre sus empleados con una propuesta para eliminar 30.000 puestos de trabajo en la sede de Wolfsburg.

LAS BASES DEL NUEVO CURSO: LA PLATAFORMA MEB

A finales de 2019 nació la primera generación de coches a batería basados ​​en la plataforma modular Meb, empresa realizada a ritmo de recarga y con unos costes totales estimados del orden de los 45.000 millones de euros, de los que Diess se lleva íntegramente el mérito , a pesar de que el proyecto había sido iniciado por su antecesor Matthias Mueller. Sin embargo, la corrección en carrera parece inevitable, por haberse dejado de lado los segmentos del mercado europeo que demandaban modelos de dimensiones más compactas. Aquí en 2021 se toma la decisión de confiar a la división española Seat SA el desarrollo de todo el ecosistema tecnológico, destinado también a dos modelos respectivamente bajo las marcas Skoda y Volkswagen, este último con el esperado nombre de ID. 2. En junio pasado, Diess había declarado que Volkswagen podría superar a Tesla y convertirse en el mayor productor de vehículos eléctricos para 2025, aprovechando lo que el CEO alemán llamó momentos de debilidad en el grupo de Elon Musk. Evidentemente, el nacimiento de la Gigafactory de la marca americana cerca de Berlín también ha dificultado escénicamente sostener la tesis, con los modelos de Tesla llevándose la parte del león en ventas y conquistando los mercados avanzados del norte de Europa.

EL SOFTWARE IMPULSOR

El último reto que le esperaba entonces era el del software, pieza central en el ecosistema de los coches eléctricos y su evolución en el tiempo, pero naturalmente muy alejado de los hábitos siderúrgicos de una empresa de automoción. En los últimos meses, las disputas internas del grupo por la actuación de la filial Cariad, empresa cuya tarea es precisamente sacar adelante a VW en el sector del software para automoción, han tenido especial repercusión mediática. Costos, posiciones difíciles y tiempos extendidos que hicieron que el diseño de Diess perdiera fuerza frente al grupo de control de la empresa. No en vano, ya en julio de 2020 Ralf Brandstätter había asumido el rol de CEO de la marca Volkswagen, quitándoselo a Diess, que el pasado diciembre también tenía literalmente aparcada la responsabilidad de seguir el desarrollo en el mercado chino, una vez más encomendada a Brandstätter. Él parece ser el predestinado a la sucesión, pero la elección final sobre Oliver Blume, a partir del próximo 1 de septiembre, en cambio cuenta cómo fueron las cosas en la primera mitad de 2022. La capitalización del grupo se redujo a 84.000 millones de euros, por lo tanto con un valor total de acciones cotizadas lejos del objetivo de 200 mil millones considerado esencial en 2019. Oliver Blume también mantendrá su papel como CEO de Porsche, demostrando cuánto representa al hombre de confianza de la familia Porsche-Piech, que tiene la mayoría de los derechos de voto en el grupo Volkswagen AG. Presencias por lo general mucho más tranquilas que la costumbre de Herbert Diess, pero más pragmáticas.





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