Franca Visser (38) de Volendam y su hijo pequeño de 2 años tuvieron que ver con impotencia cómo el huracán Ian asolaba su casa en Cuba anteayer, destruyendo todo a su paso. En el tiempo que viene ella no tendrá poder y ella misma tiene que decir ‘volver a lo básico’. Afortunadamente, ella es una de las pocas en su área que todavía tiene un techo sobre su cabeza. Su hijo también parece tener pocos problemas con la devastación: “Durmió durante todo”.
Franca creció en Wervershoof, pero se mudó a Volendam a una edad temprana y estuvo activa en la industria de la restauración local durante años. Hace unos años se mudó a Cuba donde ha construido una vida.
Vive en Viñales. La ciudad ha sido duramente golpeada por el huracán. “La parte donde vivimos ha sido muy golpeada. Actualmente estamos sin electricidad y tampoco queda nada de la infraestructura. Todo ese desastre natural fue muy aterrador”, dice. Radio NH.
“Acogemos a gente que ya no tiene techo. Así va en Cuba”
Sospecha que pasarán semanas o meses antes de que vuelva a tener electricidad: “Todavía hay un árbol en mi casa. Tengo que esperar a que alguien me lo quite, pero ya estoy feliz de que todavía tengo un techo sobre mi cabeza”. Ahora estamos llevando gente en la casa que ya no tiene eso, así es en Cuba, pero primero busca ropa seca”.
El hecho de que su casa sea una de las pocas en la zona que todavía tiene techo probablemente se deba a que su casa no estaba bien aislada: “Esto provocó que el viento se colara”.
alegre y feliz
Su hija de 2 años parece haber notado poco del desastre natural y la destrucción: “Ella siempre está alegre y feliz. Yo también tengo momentos difíciles. Las próximas semanas van a ser raras”, dice emocionada.
El árbol de la casa de Franca. El texto continúa después de la foto.
Según Noord-Hollandse, el próximo período estará dominado por la reconstrucción. “Es un país comunista, así que el estado te cuida muy bien. Les dan a todos un techo sobre sus cabezas y reparan las casas”.
Franca no duda en volver a Holanda con su hijo: “Tengo mi casa y mis amigos aquí. Mi vida está aquí”, concluye.
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