Ni siquiera un gol en juego abierto ante su afición para el serbio, que cuando empieza mal acaba abandonándose poco a poco el partido. Sin embargo, sólo una vez en su carrera había marcado tanto después de 13 partidos.
Puertas correderas. Puertas que se abren, o se cierran, y destinos que cambian. En el caso de Dusan Vlahovic, sin embargo, son los deslizantes los que marcan la diferencia y no los deslizantes. golpear puertas: goles (de los oponentes) acertados o fallados que cambian el destino de la temporada de la Juve. Y de Como a Roma, de Empoli a Cagliari, terminando el miércoles por la noche contra el Parma, los goles perdidos por el delantero serbio empiezan a ser demasiados.
El gol fallido de Vlahovic ante el Parma
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Minuto 13, los bianconeri ya están 0-1 abajo: Weah centra desde la izquierda, Suzuki hace un milagro con un cabezazo de McKennie, pero el balón permanece allí, a no más de cuatro metros de la línea de gol. El número uno japonés está en el suelo, su oponente más cercano un par de pasos detrás. Es la situación perfecta para un delantero centro: basta con coger el espejo y ya puedes correr y celebrar. Vlahovic, sin embargo, se acurruca y, con el pie izquierdo a media altura, envía el balón muy alto por encima del travesaño. Y aquí están las puertas correderas: el serbio no marca y su partido prácticamente acaba ahí. Como ya había sucedido en varias ocasiones este año y no como, por el contrario, había sucedido en Verona, Leipzig o Génova: balón a la red en la primera oportunidad útil (o casi) y doblete. Porque, como dice Platini, el trabajo del delantero centro es ingrato: si marcas eres un fenómeno, si te equivocas, peor. Pero a Vlahovic, que en sus primeros años de carrera no ha demostrado ser un delantero despiadado, esta suposición parece acusarle demasiado. Y por tanto, si no se materializa inmediatamente, poco a poco tiende a desaparecer del juego. Tanto es así que acabó el partido con 31 balones tocados, incluso uno menos que el portero (Di Gregorio, 32). Y las dificultades parecen crecer sobre todo en casa, donde la presión aumenta: tal vez no sea casualidad que en el Estadio, en 8 partidos, haya marcado sólo un gol (de penalti, contra el Cagliari).
vlahovic, inicio de sprint
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Sin embargo, su autoestima debería verse reforzada por los números globales de este inicio de temporada: 8 goles en 13 partidos entre el campeonato y la Liga de Campeones (uno cada 135′) son su segundo mejor inicio de temporada, después de la 2021-22. temporada, la de su explosión definitiva, cuando fueron 10 goles en los primeros 1.170 minutos de la temporada. De los cuales, hasta el momento, ha jugado el 92%. Y probablemente ese hecho de ser insustituible también afecte a su lucidez. Pero no hay tiempo para pensar demasiado: dentro de dos días las puertas correderas volverán a deslizarse. En Udine, fuera y en ese estadio donde Vlahovic ha marcado 2 goles consecutivos (ambos de penalti). Las condiciones para reabrir la puerta están todas ahí.
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