La villa donde los hermanos estadounidenses Menéndez dispararon a sus padres con escopetas hace 35 años se ha convertido en un atractivo turístico debido a la popular serie de Netflix sobre el caso. Fanáticos del crimen de todo el mundo acuden en masa a Los Ángeles para ver la casa, para consternación de los residentes locales. “Ojalá no haya ningún nuevo documental dentro de veinte años”, afirman.
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