Viajes aéreos ecológicos: altos precios del combustible para proporcionar algo de impulso


Icelandair es la primera aerolínea en prometer vuelos libres de carbono en sus rutas nacionales. Eso es menos prometedor de lo que parece. Los viajes aéreos libres de culpa aún tienen que lograr el despegue, aunque los altos precios del petróleo y los boletos pueden ayudar un poco.

Icelandair planea utilizar energía renovable en aviones a batería para 2030. Esto es bueno, hasta donde llega. Pero las baterías de baja densidad energética son pesadas para la energía que transportan. Por lo tanto, la aerolínea está aprovechando una tecnología que en realidad solo es una solución potencial para vuelos de muy corta distancia.

Ese es un problema en una industria en la que dos tercios de las emisiones provienen de viajes de más de 1800 km, según un informe de Mission Possible Partnership sobre aviación. Se espera que la demanda general crezca abruptamente. Los viajes de placer premium ya han vuelto a los niveles anteriores a Covid, según IAG, matriz de British Airways. Los viajes de negocios no se quedan atrás.

Francamente, no existe ninguna tecnología que pueda, por sí misma, ofrecer viajes aéreos libres de culpa. Hacer que los aviones sean más elegantes y eficientes es un gran comienzo, y ahorra dinero, pero no puede llevarnos al «cero neto». El siguiente paso son los biocombustibles, químicamente similares al combustible para aviones pero hechos de desechos. Hoy suponen el 0,01% del combustible de los aviones, y son entre 2 y 4 veces más caros según la consultora BNEF. Peor aún, el suministro es limitado: solo existe una cantidad limitada de aceite de cocina para hacer queroseno verde.

Para un suministro sin restricciones, debemos recurrir a la energía renovable. Almacenarlo como hidrógeno, en lugar de en baterías, cambia el problema del peso por uno de espacio. Incluso superenfriado hasta convertirse en líquido, el hidrógeno contiene poco más de una cuarta parte de la energía que el mismo volumen de gasolina. Mezclar hidrógeno con CO₂ para crear combustibles electrónicos resuelve tanto el peso como el espacio. Pero a medida que el mundo avanza hacia cero emisiones netas, el CO₂ deberá ser succionado del aire, un proceso costoso y que consume mucha energía.

La buena noticia es que los precios más altos del petróleo ayudarán a aliviar un poco este pesado problema. Harán que los aviones más nuevos y energéticamente eficientes sean más atractivos y reducirán la prima verde para las tecnologías renovables. Mientras tanto, los costos de combustible representan aproximadamente una cuarta parte de esos costosos boletos de avión. Eso significa que un compromiso de la industria de mezclar un 10% de biocombustibles, por ejemplo, solo agregaría £6 al costo de un boleto de £100.

No hemos terminado con flygskam — una palabra sueca que significa “vergüenza de vuelo”. Pero £ 6 podría ser una suma razonable para ayudar a calmar nuestras conciencias.

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