El círculo es redondo. Hoy, los estudiantes de De Sleutelbloem replantaron los esquejes de un viejo olmo de Beverwijk en la ciudad. Un momento memorable, porque la tala del árbol centenario causó revuelo entre los habitantes de Beverwijk en 2015.
El característico árbol se encontraba en el cruce de Halve Maan y Velserweg y adornaba la entrada a la ciudad. Una gran parte de los habitantes de Beverwijk no podía entender que el árbol debía ceder su lugar. Según el municipio, esto haría que el cruce fuera más seguro. La tristeza fue tan profunda que desató una feroz discusión sobre la calidad del gobierno de la ciudad.
A Ton Zuidervaart, administrador de árboles, se le ocurrió la idea de tener los esquejes de olmo en Groningen. Más de nueve años después, los descendientes de este árbol han sido replantados hoy por los niños de la escuela primaria De Sleutelbloem.
Los descendientes de este gigante histórico están repartidos por todo Beverwijk. Cada barrio recibe un árbol. “Pronto cada rincón de Beverwijk tendrá un trozo de olmo”, afirma Ton.