Venta de Milán, Elliott contra los antiguos accionistas minoritarios: extorsión y falsificación

El grupo Blue Skye había demandado al fondo americano, del que era socio en el club rossoneri, con motivo de la venta del club a Redbird. Llega la reacción del cantante

Se reaviva el conflicto rojinegro entre el fondo luxemburgués Blue Skye y Elliott Management de Paul Singer. El objeto de la disputa, de hecho, se remonta a agosto de 2022 y a la venta del Milán por parte de Elliott a RedBird Capital Partners, actual propietario del club. En su momento, Blue Skye, accionista minoritario de Il Diavolo, había criticado la medida con una denuncia, de la que posteriormente surgió una investigación por parte de la fiscalía de Milán, calificándola de «opaca» y denunciando que había sufrido daños «durante poco más de 100 millones de euros». Elliott siempre ha negado firmemente las acusaciones: «Consideramos que el litigio frívolo y vejatorio que se ha iniciado contra nosotros no es más que un intento de extraer valor al que Blue Skye no tiene derecho». El caso civil iniciado por Blue Skye en Milán terminó en un punto muerto, pero la investigación penal aún está en curso.

la acusación

Ahora, sin embargo, el fondo de Singer ha dado un paso más: además de rechazar las recriminaciones de la sociedad luxemburguesa, las ha denunciado formalmente. Las acusaciones presentadas ante los jueces del microestado son graves: extorsión, declaraciones fraudulentas y delitos contra la legislación contra el blanqueo de dinero. Según Elliott, los agravios legales que se remontan a 2022 fueron en realidad el instrumento de amenaza de intento de extorsión en su contra por parte de Blue Skye y sus directores Salvatore Cerchione, Gianluca D’Avanzo y Giovanni Caslini. Todo ello con el objetivo de obtener concesiones financieras superiores a sus derechos contractuales. No sólo eso: además de calificar las acusaciones de falsas y calumniosas, el fondo estadounidense cree que algunos de los documentos utilizados por los ex socios en su caso civil fueron obtenidos ilegalmente, contraviniendo las normas contra el blanqueo de dinero. El propio Caslini habría pirateado los sistemas informáticos de la filial Elliott Rossoneri Champion, apropiándose de los extractos de cuenta.





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