La adolescente nunca volvió a casa después de su lección de flauta en el centro de Roma. Desde entonces, han pasado innumerables teorías en revisión, en las que dos hilos comunes siguen reapareciendo: el Vaticano y la criminal Magliana Gang, que tuvo mucho poder en la capital italiana en las décadas de 1970 y 1980.
El padre Orlandi era empleado del Vaticano, lo que hizo que la familia formara parte del selecto grupo de habitantes del miniestado. Durante los últimos cuarenta años, la desesperada familia ha buscado en vano a su hija y hermana. Varias veces apeló al Vaticano, que, según el hermano Pietro, sabe más sobre la desaparición.
Durante una reunión en 2013, el Papa Francisco, que acababa de asumir el cargo, le dijo que ‘Emanuela está en el cielo’, aunque nunca se han encontrado sus restos. En 2019, se abrieron dos tumbas en el Vaticano después de una pista, pero el cuerpo de Orlandi no estaba allí.
Abuso
El documental de Netflix chica del vaticano explora las muchas teorías descabelladas que rodean la desaparición, incluida la idea inicial de que fue secuestrada para cambiarla por el terrorista turco de los Lobos Grises, Mehmet Ali Ağca. Cometió un intento fallido de asesinato del Papa Juan Pablo II en 1981 y estaba en una prisión italiana en el momento de su desaparición.
Desde entonces, esa teoría ha sido reemplazada por un escenario más probable, para el cual el documental cita a un amigo de la infancia de la víctima como evidencia. Declara anónimamente que Emanuela Orlandi le habló de abusos antes de la desaparición, por parte de una figura ‘cercana al Papa’.
En ese escenario, la Pandilla de Magliana habría sido contratada para llevar a cabo la desaparición. Sabrina Minardi, la entonces novia del capo de la mafia Enrico De Pedis, da testimonio de ello. Minardi dice que después de su secuestro, la niña se mantuvo con vida durante diez días en una casa cerca de Roma.
Después de eso, según Minardi, Orlandi habría sido entregado a “un sacerdote, o alguien que se disfrazara de sacerdote” cerca del Vaticano. En 2008, la testigo le dijo a la policía que el cliente sería el arzobispo estadounidense Paul Marcinkus, aunque no menciona ese nombre en el documental. El Arzobispo, que murió en 2006, estuvo involucrado en varios escándalos financieros importantes como Secretario del Banco del Vaticano (1971-1989).
El hermano Pietro Orlandi llama a la nueva investigación a los medios italianos ‘un desarrollo positivo’ y espera hacer una declaración. La decisión del Vaticano se produce pocas semanas después de una iniciativa de los parlamentarios italianos. En diciembre solicitaron una comisión de investigación sobre el caso Orlandi, en relación con otras dos desapariciones sin resolver de mujeres jóvenes por la misma época.