Varios países europeos vuelven a expulsar a diplomáticos rusos por sospechas de actividades de espionaje y “amenaza a la seguridad”

Los suecos exigen la salida de tres diplomáticos rusos que no cumplirían las normas internacionales. España quiere que desaparezcan 25 empleados de la embajada rusa porque, según el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, «son una amenaza para los intereses y la seguridad de nuestro país».

El Kremlin condena la expulsión masiva de diplomáticos rusos. «Limitar las posibilidades de comunicación diplomática en un entorno de crisis tan difícil sin precedentes es un movimiento miope que complicará aún más nuestra comunicación, que es necesaria para encontrar una solución», dijo a los periodistas el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

Muchos países occidentales han tomado una medida similar antes. Alemania despidió el lunes a cuarenta diplomáticos rusos y Francia a unos 35. La semana pasada, Holanda, Bélgica y otros países europeos ya decidieron expulsar a diplomáticos de Rusia por sospechas de actividades de espionaje.

Según Francia, los desalojos son parte de una iniciativa europea. Moscú suele responder a tales medidas haciendo lo mismo.



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