Según los informes, los pacientes sufrieron hipoglucemia y se sintieron mal. Según la autoridad sanitaria austriaca BASG, “efectos secundarios graves” indican que el producto contenía insulina en lugar del ingrediente activo de Ozempic, la semaglutida.
La demanda de Ozempic, que puede ayudar, entre otras cosas, a perder peso, ha aumentado enormemente en los últimos meses. Por lo tanto, existe una gran escasez del medicamento en varios países europeos, incluida Bélgica. Esto plantea un problema para los pacientes diabéticos, a quienes en realidad está destinado el medicamento. La EMA afirma que la escasez ya está siendo aprovechada por grupos criminales que comercializan falsificaciones del medicamento.