Por un momento parece ser una breve conversación con Brenda van Veen (37), en el Jumbo de Voorschoten.
No, ella no está realmente molesta por los aumentos de precios. Ella ve que todo se vuelve más caro, pero eso no le preocupa tanto. “Así que no sé si tengo algo útil que decir”.
Hasta que lo piensa un poco más. Ella presta más atención en el supermercado en estos días. “La semana pasada quería agarrar tocino: 4 euros. Pensé, bueno, dejaré ese. Será un estofado vegetariano esta noche”.
Van Veen siempre ha sido “un poco frugal”, dice. “Ya compré un montón de segunda mano. Pero ahora me he vuelto aún más consciente”.
Acaba de recoger un paquete con botas usadas para sus hijos, que ya tienen abrigos de segunda mano. “Creo que 30 euros ya es caro para una chaqueta que solo dura unos meses”.
Y luego dice: “Vamos a trabajar en los paneles solares”. Eso es lo que ella y su novio querían desde hace mucho tiempo. El aumento de los precios de la energía dio ‘el empujón final’.
Su consumo de energía es mucho mayor que el de los amigos, y eso es caro, porque tienen un contacto variable. Pero qué tan caro exactamente, Van Veen no lo sabe. Riendo: “Muy clásico: mi amigo siempre arregla eso”.
Lo que sí sabe: “Tenemos que hacer algo con esto”. Un entrenador de energía del municipio pronto vendrá y dará consejos para hacer que su hogar de 1920 sea más sostenible. “Y me gustaría tener la pared exterior aislada”.
Económicamente, ella y su novio no están muy preocupados por el momento. “También creo que es una pérdida de tiempo pensar todo el día que la leche es tan cara”.
Aunque ella también lo sabe: “Este es un puesto de lujo. Si no puedes salir adelante, tienes que concentrarte en ello”.
“Si aún puede poner fácilmente en su carrito de compras lo que le apetece en estos tiempos”, dice Van Veen, “eso es solo riqueza”. Como también se da cuenta de lo útil que es que ella y su novio tengan el dinero para hacer su casa más sostenible, para que puedan reducir sus pagos mensuales.
“Entonces estaremos en buena forma durante los próximos años. Así que sí, me siento como una persona bendecida”.