“Es una lástima, una historia tan triste”, dice Paul De Winter. Está hablando de villa Vaeck, una casa modernista en Hofstade en Brabante flamenco que su padre diseñó en la década de 1950. Hoy solo se cuelga con ganchos y ojos. Pero Paul sigue luchando por el trabajo de su padre. El propietario ha desplegado la grúa de cuchara, aunque aún está pendiente un recurso contra el derribo.
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