Unos kilos, mucho carbón, tres caminos por delante. Y Fideo eligió la pelota

Delgado como un espagueti, salvado por su madre después de caer a un pozo, el papá Di María se mostró escéptico sobre las posibilidades reales de su hijo. Cuando fichó entonces por el Benfica, les dijo: «Ahora os cuido yo»

En un momento su padre lo detuvo: «No vayas a tu cuarto, tenemos que hablar». Ángel Di María ya era el fideo, el ‘espagueti’ de Rosario con regate fácil y un montón de dudas sobre el cuerpo. Por un lado decían «sí, el chico tiene talento», pero por otro se mostraban un poco escépticos: «Uno tan seco nunca lo consigue». Después de todo, podría estar allí. Tome una foto antigua de Ángel adolescente. Cabeza baja, camiseta negra de tirantes, ojos oscuros, mirada asustada y el nombre de «bravino» seguido de un «pero». Una ramita de pelo negro y ágiles patitas tildadas de ‘ligeras’. Por esto su padre lo detuvo. Y por eso se va hoy a la Juve.



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