Unión Europea: ¿hacia una nueva regulación contra la obsolescencia programada?


Como parte de su iniciativa de economía circular y eficiencia de los recursos, la Comisión Europea ha establecido un propuesta de ley destinado a extender la vida útil de los teléfonos inteligentes. El proyecto de reglamento incluye requisitos estrictos, como el suministro de piezas durante un período más largo y el aumento de la vida útil de la batería. De acuerdo a Tiempos financierosestas medidas forman parte de la estrategia global de la UE para reducir los residuos electrónicos.

La UE quiere smartphones duraderos y reparables

El nuevo proyecto de ley de la Comisión Europea se centra en la reparabilidad de los dispositivos electrónicos para luchar contra el agotamiento de los recursos y la contaminación que provocan los residuos de smartphones y tablets. En particular, el texto obliga a las marcas a suministrar al menos 15 repuestos durante un período de al menos 5 años a partir de la comercialización de un nuevo producto. Para ello, los fabricantes están obligados a proporcionar y garantizar pantallas, cargadores, carcasas traseras, cajones para tarjetas SIM o incluso tarjetas de memoria a largo plazo.

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La ley tiende a posponer la obsolescencia programada mediante la mejora del rendimiento de las baterías. En este caso, requiere la visualización de una etiqueta sobre la resistencia energética del dispositivo, como las lavadoras. También obliga a los fabricantes a optimizar el diseño de la batería para lograr una capacidad de carga del 80 % después de 1000 ciclos de carga completa.

Una ley considerada vinculante e ineficaz

Algunos observadores, como el grupo Digital Europe, no son tan optimistas como la comisión sobre los impactos de esta regulación. La asociación, cuyos miembros incluyen a los principales fabricantes de teléfonos inteligentes Apple, Oppo y Samsung, cree que » que la sobreproducción potencial, el almacenamiento posterior y la destrucción de piezas de repuesto conducirán naturalmente al desperdicio de recursos, la reducción de la eficiencia de los materiales y un valor económico negativo que, en última instancia, generará costos más altos para el consumidor «.

Otros detractores del proyecto subrayan la incapacidad de las pequeñas empresas para suministrar repuestos durante un período de más de 5 años. Estos últimos indican que tal política requiere grandes inversiones y que las empresas deberán destinar este excedente financiero al precio final de los productos.

Por su parte, la Comisión Europea espera que la ley anime a las empresas a aplicar el ecodiseño para frenar el deterioro del medio ambiente. En esencia, la aplicación de la regulación salvaría al planeta de una contaminación colosal, equivalente a las emisiones de 5 millones de automóviles, según el Financial Times.

A principios de este año, un estudio de ADEME y Arcep reveló que las pantallas (televisores, teléfonos inteligentes, tabletas, etc.) son responsables del 2,5 % de la huella de carbono en Francia.



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