En 2022, 4,9 millones de niños en todo el mundo murieron antes de cumplir cinco años, la mitad de ellos recién nacidos. Se trata de la tasa de mortalidad más baja jamás registrada entre los niños más pequeños desde que los investigadores comenzaron a recopilar datos. que aparece de publicado el martes investigación realizada por la organización de ayuda infantil Unicef. Después del cambio de siglo, el número de niños menores de cinco años que murieron se redujo a más de la mitad. También hubo una disminución en los años anteriores.
Según los investigadores, las inversiones en atención sanitaria en los países de ingresos bajos y medios, con mayor acceso a vacunas, asistencia a la lactancia materna, atención de maternidad y tratamiento de enfermedades como la neumonía y la malaria, son la principal razón del descenso. Unicef cita como ejemplos a Camboya, Malawi, Mongolia y Ruanda, donde la mortalidad infantil se ha reducido en tres cuartas partes desde 2000.
Sin embargo, en 2022, además de los 4,9 millones de niños menores de cinco años, también murieron 2,1 millones de jóvenes de entre cinco y veinticuatro años. La mayoría de estas muertes ocurrieron en el África subsahariana y el sur de Asia. La investigación muestra una vez más que las posibilidades de supervivencia de los niños están relacionadas en gran medida con su lugar de nacimiento. En el sur del Sahara, un recién nacido tiene dieciocho veces más probabilidades de morir que en Australia.
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