Fue el jefe de campaña de Greenpeace, Carl Schlyter, quien a mediados de marzo advirtió a los trabajadores portuarios suecos que rechazaran barcos petroleros rusos como el Sunny Liger. Usando un rastreador especialmente desarrollado, Schlyter había visto barcos con petróleo ruso en su camino hacia el puerto de Gotemburgo. Una llamada telefónica resultó ser suficiente. ‘Llamé al líder sindical e inmediatamente dijo: esos barcos no pueden entrar con nosotros’.
Schlyter sabía que los trabajadores portuarios suecos tienen una tradición de hacer campaña contra la injusticia internacional. Hace más de diez años, el sindicato se negó a recibir barcos israelíes durante dos semanas tras las acciones militares en la Franja de Gaza. En los años ochenta del siglo pasado, los estibadores se movilizaron contra Sudáfrica por el Apartheid, también rechazaron barcos chilenos por la dictadura militar.
Según Erik Helgeson del Sindicato Sueco de Trabajadores Portuarios, también es ‘típico de los sindicatos suecos’ realizar campañas internacionales. «Si podemos hacer algo que tenga un efecto y si hay suficiente apoyo entre los trabajadores, no dejaremos de hacerlo pronto». Otro factor es que los compañeros de trabajo en Ucrania son víctimas de la guerra allí. “Los rusos han tomado el puerto de Berdyansk. Los trabajadores allí se vieron obligados a limpiar el armamento ruso. Se negaron y ahora están todos en la calle.
Sin gente de oficina
Desde mediados de marzo, justo cuando el Sunny Liger se acercaba a Suecia, el bloqueo era un hecho. Al menos, en los puertos donde el Sindicato Sueco de Trabajadores Portuarios era mayoritario. El sindicato rival de trabajadores portuarios decidió unirse a las acciones recién en abril. Desde entonces, todos los barcos que transportan mercancías rusas han sido bloqueados, excepto los petroleros que entregan automáticamente su petróleo. ‘Solo involucra a oficinistas’.
Las acciones de los trabajadores van mucho más allá de la afirmación del gobierno sueco de que las sanciones deben coordinarse dentro de la UE. Pero según el líder sindical Helgeson, las sanciones de la UE no representan mucho en la práctica. “Solo están dirigidos a barcos que navegan bajo la bandera rusa, mientras que la mayoría, como el Sunny Liger, navegan bajo una bandera diferente pero transportan mercancías rusas. Además, existen todo tipo de excepciones, como el transporte de petróleo, gas y hierro. Nosotros decimos: no es eficaz y no es suficiente.’
Solidaridad con los colegas ucranianos
Aunque el gobierno sueco todavía simpatiza con las acciones, según Helgeson, las empresas portuarias están tratando de obligar a los trabajadores a permitir que todos los barcos vuelvan a entrar. El viernes se presentará una demanda contra el sindicato. “Dicen que es una acción política, que, según los acuerdos existentes, solo debe ser temporal. Pero ya no estamos de acuerdo. También se trata de solidaridad con nuestros colegas en Ucrania.’
Helgeson no puede recordar específicamente el Sunny Liger. Por lo general, los puertos no anuncian bloqueos de barcos específicos, de lo contrario corren el riesgo de ser demandados. ‘Como puerto no tienes que decir que rechazas el barco. También puede inventar una excusa, por ejemplo, que existen riesgos de seguridad. También lo harán en Ámsterdam.