LLas imágenes son historias y si sabes contarlas, se convierten en imágenes, viajes, inspiraciones.
Con un extraordinario juego de roles, la palabra y la fotografía pasan el testigo de la sugestión y, aunque no siempre lo reconozcan, se aman. Hoy más que nunca son pareja de hecho, gracias a los podcasts y a nuestros nuevos hábitos marcados por los dispositivos.
Una foto, una historia es una serie de podcasts -por ahora seis episodios pero se espera una secuela- que, a partir del 19 de enero, ofrece una foto, una historia de hecho, cada quince días. Producida por Contrasto y storielibere.fm, concebida y creada por Alessandra Mauro, directora artística de la Fundación Forma para la Fotografía y directora editorial de Contrasto editore.
Para quien aún no los haya escuchado, puede comenzar desde el tercer episodio, que se acaba de estrenar, que enfrenta el retrato de parques gordon a Muhammad Ali, una oportunidad para escuchar no una, sino dos vidas extraordinarias, entre el racismo y la redención. En cambio, en el primer episodio, a partir del retrato de una magnífica Audrey Hepburn con uno de los trajes más famosos de la historia del cine e icono de la moda en la película. Mi Bella Dama, atravesamos la vida de Sir Cecil Beaton, un viveur ecléctico y creativo que a partir de encargos para Moda a los retratos de la realeza inglesa, supo vivir y representar bellamente su época. Entre los episodios que ya están en línea, el segundo está dedicado a Milicia De roberto capa y los misterios de la fotografía más controvertida de la historia, aún hoy 80 años después de su creación.
Los otros tres episodios, emitidos quincenalmente en las plataformas de podcasts más conocidas, estarán dedicados a la niña afgana de Steve McCurry, la metafísica de Marina di Ravenna de Luigi Ghirri y el beso del Hotel de Ville de Robert Doisneau, la reina de la música por excelencia. iconos
Le preguntamos a Alessandra Mauro el por qué de esta serie y algo más personal sobre su relación con la fotografía.
¿De dónde viene tu interés por la fotografía?
Ha habido señales que me han indicado este camino: mientras estudiaba literatura tenía pasión –todavía la tengo– por los mapas geográficos y las memorias de viaje y la fotografía es viajar. Después de graduarme y permanecer en Bangkok, París y Washington, de vuelta en Roma comencé a trabajar para una revista brillante y elegante, Sfera. Allí, trabajando en la redacción, comencé a aprender sobre las imágenes y su importancia.
Contrasto, en ese momento una agencia fotográfica, fue el proveedor preferido al que recurrí para enriquecer las páginas con contenido visual. No tardé mucho en enamorarme y entender que aquí podía hacer cosas que una agencia no hacía en ese momento: libros y exposiciones. Así comenzó la aventura.
Era a mediados de los 90 la era analógica pasaba el testigo a la digital y el milenio acababa con la explosión de la web. La editorial Contrasto nació contigo. En estos años has hecho muchas cosas: enseñas, curas exposiciones, editas libros. ¿Qué es lo que realmente te apasiona de la fotografía?
Lo que más me fascina es la historia. Parto siempre de la imagen: me gusta la dimensión narrativa de este lenguaje, su potencial para contar historias.
Los neurocientíficos nos han informado recientemente que el oído y la vista son los dos sentidos que más usamos. Esto explica bien el éxito de los podcasts. Y en esta serie: Una foto, una historia, ahí está la síntesis de nuestros sentidos favoritos, el oído y la vista, ¿cómo nació?
Una foto, una historia es una coproducción Contrasto y storielibere.fm: me pidieron que intentara hacer un podcast. Me gusta contar historias, me encanta la radio con la que tengo la oportunidad de colaborar, me gusta hablar y escuchar. Así que traté de escribir estos primeros seis episodios: cada uno comienza con una imagen icónica y conocida a menudo, pero no siempre. Intento declinarlos ampliando la narrativa: un icono como la niña afgana de Steve McCurry es el punto de partida para hablar de fotografía y viajes, una combinación tan antigua como la fotografía misma. Traté de crear un equilibrio entre imágenes familiares y otras menores como la primera que abre la serie: Audrey Hepburn fotografiada por Cecil Beaton con el vestido de My Fair Lady. Normalmente no se identifica como fotografía de moda pero en este caso lo abordé así, contando al autor y su alocada vida.
La riqueza de detalles y anécdotas nos hace pensar que has estudiado mucho investigando de verdad.
Sí, trabajé muy duro en ello. Quiero hablar con los que no saben de fotografía o saben poco de ellao. Para mí, la intención popularizadora de esta iniciativa quedó clara de inmediato. Me basé en mi experiencia docente: explicarle a alguien que no sabe absolutamente nada sobre un tema determinado y en un instante descubre el poder de la fotografía para difundir el conocimiento. Fui buscando en los libros, encontrando anécdotas: fue un trabajo de análisis y sobre todo de síntesis. De lo particular a lo universal, breves lecciones que abordan transversalmente las costumbres, la sociedad, la cultura vinculando detalles, revelando pequeñas historias para respirar una época, un lugar y conocer un poco más de la historia contemporánea.
En estos frescos de época has evitado cuidadosamente tocar la vida privada de los artistas. Sin embargo, habría habido algo que decir sobre Cecil Beaton, por no mencionar a Robert Capa.
Cierto, he tratado de evitar los chismes y también las especulaciones. ¿Qué sabemos si Robert Capa sufrió realmente por Gerda Taro (la fotógrafa, su pareja y compañera, fallecida en España en un accidente a los 26 años durante la Guerra Civil)?
Tienes razón, pero es posible que el público al que te diriges no sepa que Bob Capa, el fotógrafo más fascinante de la historia, siempre tuvo una relación bastante seria y larga con Ingrid Bergman, la leyenda.
Tienes razón, en realidad podría haber dicho eso.
Robert Capa es el autor de una de las imágenes más polémicas de la historia de la fotografía: el miliciano que cae y es asesinado a tiros. Su autenticidad fue cuestionada durante muchos años, sobre todo porque nunca se encontró la película. ¿Fue el resultado de la habilidad de un gran reportero o fue ingeniosamente construido? En el episodio dedicado, parece que tomas la versión de su autenticidad para bien.
Es tan fuerte que creo que merece estar en esta serie. Cada fotografía es un documento y como tal puede ser falsificada pero hoy sabemos el origen de esa imagen gracias al reciente hallazgo del audio de una entrevista radial. Roberto Capa 1947: el fotógrafo no apuntó al sujeto, puso la cámara sobre su cabeza y disparó. Es una afirmación digna de Capa: uno de los mayores iconos del siglo XX fue fusilado así, por casualidad. Sin embargo, a pesar de los misterios y revelaciones, esta imagen del miliciano sigue siendo un icono muy fuerte que contiene el eco de laecce-homo de tanta representación o la de Deposición de Jesús y muchas otras imágenes de entrega, de fugacidad humana. Mucha fotografía de guerra se inspiró, y creo que todavía se inspira hoy, en esa imagen.
¿No crees que hoy sería imposible hacer el Milicia? La producción fotográfica es inexorable y rampante, las guerras y, en general, los acontecimientos mundiales, están hiperrepresentados. Piénsese en el caso de George Floyd, el afroamericano brutalmente asesinado por la policía de Minneapolis en 2020: el testimonio se encomienda a los fotogramas de un vídeo anónimo que responsabiliza a los policías de un asesinato que duró ocho minutos. Hoy todos somos potencialmente testigos y productores de íconos. ¿Qué pasa con las imágenes de derechos de autor? Ya no son necesarios para la información que pesca por todas partes en la red mientras busca la redención en el coleccionismo y, más en general, en el mercado del arte. ¿Qué iconos tendremos en el futuro?
Creo que cierto tipo de fotoperiodismo, el clásico para ser claros, siempre llegará al mercado del arte. Imagínese si hoy redescubriéramos lo negativo de milicia, sería una gran primicia y también una compra para el mercado ya que es un documento, es como si estuviéramos encontrando cartas inéditas de Winston Churchill: son documentos raros y por eso tienen valor. La producción fotográfica contemporánea está muy orientada a crear dioses cuadro fotográfico, guiñando un ojo al mercado del arte y, en general, empujando la fotografía hacia el lado interpretativo. Los reporteros de hoy afrontan la guerra de una forma completamente distinta a como la habría afrontado Capa hace 80 años: van a Ucrania pensando ya en montar una exposición.
Pero es una tendencia generalizada si hasta Sebastião Salgado, célebre y premiado intérprete de las grandes cuestiones de la humanidad, hace sus imágenes más famosas, entre ellas las de la terrible hambruna del Sahel 1984, precioso grabados de platino a la venta en Sotheby’s. Nos hace pensar que el fotoperiodismo, huérfano de la gran prensa mundial, su primer cliente, se debate en pos de la atribución de un valor artístico y comercial a cada tragedia del planeta.
No es fácil entender los mecanismos actuales del mercado del arte.
Volvamos a la serie de podcasts, has mezclado fotografías muy diferentes. Explique el criterio.
Diría que en esta primera serie he juntado tres fotos icónicas: el miliciano, la niña afgana de Steve McCurry y el beso de Robert Doisneau, alternándolas con imágenes menos conocidas y menos obvias si se quiere: la imagen de My Fair Lady de Cecil Beaton, si es cierto que es un ícono de la moda, en cambio no es tan conocido y sobre todo pocos saben que él, Beaton, también fue el diseñador de vestuario de esa película y otras, ganando nada menos que dos premios Oscar La otra imagen menos famosa es la de Gordon Parks de Muhammad Alas cuyo episodio acaba de estrenarse en las plataformas de podcast y finalmente Luigi Ghirri, maestro de la fotografía italiana, el autor que cambió para siempre la historia del territorio y el concepto mismo de paisaje. A partir de él, pude ampliar mucho la discusión hablando del grupo de pintores fotógrafos del Caffè Greco o de la primera fotografía de Roma. Estamos en el Bel Paese, es nuestra condena y nuestra belleza vivir en un lugar tan observado y representado.. Es importante entender cómo observarlo, esta fue la gran lección de Luigi Ghirri.
Al final, estos primeros seis episodios son historias de fotos dedicadas a un público muy heterogéneo que ya no puede ver la fotografía como las imágenes de los periódicos y los píxeles o la de los museos y galerías que en nuestro país luchan por encontrar un público si la los autores no son ya conocidos. A pesar de ello, la fotografía es cada vez más un lenguaje para conocer y amar.
Por lo tanto, muchas fotos son bienvenidas para muchas historias para descubrir el mundo de ayer y de hoy.
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