A pesar del persistente olor a cloaca, los residentes de una ciudad de Nueva Zelanda no tienen por qué dejar de defecar. Así lo destacó el alcalde de la ciudad de Lower Hutt, cercana a la capital, Wellington.
El olor a aguas residuales en la ciudad de Lower Hutt es tan intenso que provoca náuseas en los residentes. También mantienen las ventanas cerradas para protegerse del hedor, escribe el periódico británico. El guardián.
El problema lleva meses y se espera que el olor empeore en un futuro próximo. El hedor proviene de la planta de tratamiento de aguas residuales local. La sustitución de los filtros de la instalación tardará hasta finales de enero.
“Reconocemos que el olor es desagradable, molesto y perturbador para la comunidad”, dijo el operador de la planta de tratamiento en un comunicado.
Para los residentes de Lower Hutt, esto es por decirlo suavemente. Fundaron el grupo ‘Stop the Smell’ para obligar al gobierno local a actuar. En la página de Facebook del grupo, los miembros están hablando de trasladar las celebraciones navideñas a hogares fuera de Lower Hutt.
“Ya es bastante malo que tengamos que aguantarlo, no quiero que nuestros invitados se sienten a la mesa con arcadas en Navidad”, escribió uno de los miembros, según El guardián. “Estamos literalmente conteniendo la respiración”, dice otro miembro.
Reducción de olores para festival de música con artistas importantes
El festival de música Juicy Fest tiene lugar en la ciudad a principios de enero. El cartel incluye artistas importantes como Ashanti y T-Pain y se esperan miles de visitantes.
Ante el olor a aguas residuales, el alcalde de Lower Hutt se preguntó qué se podría hacer para reducirlo. Un funcionario local sugirió que los residentes pueden dejar de defecar.
Pero el alcalde dijo que era una broma y que los residentes de Lower Hutt en realidad no tienen que retener sus heces. Según el alcalde, un aumento de las “contribuciones al alcantarillado” no supondría ninguna diferencia en términos de hedor.