Un viaje vertiginoso por las calles de Nápoles y la vida. Toni Servillo da su mejor actuación.


Ccariño CaracasMarco D’Amore regresa detrás de la cámara y elige medirse con la novela Ferrocarril de Nápoles por Ermanno Rea. El tercer largometraje del actor. Gomorra – la serie, devuelve la ciudad napolitana al centro de la historia, entre luces y sombras. En el reparto, además del propio Marco D’Amore, encontramos a un excelente Toni Servillo y a la joven promesa Lina Camélia Lumbroso.

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Caracas: la trama de la película de Marco D’Amore

El célebre escritor napolitano Giordano Fonte, interpretado por Toni Servillo, regresa a su ciudad tras muchos años de distancia. Frente a un lugar que ama pero que le cuesta reconocer, durante una conferencia anuncia que ya no quiere escribir. El encuentro con el misterioso Caracas (Marco D’Amore)con el que revisita los callejones y calles de su juventud, se convierte en un vínculo singular.

Caracas se mueve en la metrópoli y entre sus habitantes como un rey, una figura de referencia. De personalidad muy compleja, lleva una trágica historia de amor y un oscuro presente en su corazón. El hombre, de hecho, frecuenta un grupo militante de extrema derecha y decidió convertirse al Islam. Una elección radical para encontrar la paz y sobrevivir al dolor de la bella y dolorosa Yasmina, una drogadicta.

Marco D’Amore en “Caracas”. (Fosforo Press/Vision Film)

Los destinos de los tres personajes parecen no tener salida pero las primeras luces de un nuevo día aún pueden traer fragmentos de salvación. Y de esperanza. Pero, ¿existirá realmente un fascista que quiera abrazar el Islam?

Nápoles como centro neurálgico de la diversidad humana

Marco D’Amore sabe describir perfectamente la extraordinaria belleza y decadencia de la capital de Campania.. Su mirada es lúcida y nunca indulgente, desprovista de toques innecesariamente folclóricos. Los colores de los callejones, el intercambio animado entre inmigrantes Presentar la lenta transformación de un universo enigmático. La música de Rodrigo D’Erasmo también resalta la visible exuberancia de la ciudad.

La Cámara obliga al espectador a viajar en un torbellino a través de laberintos de calles, perdiéndose en un laberinto sin fin. Un camino por momentos claustrofóbico en el que la oscuridad y el agua estancada, reales y simbólicas, vencen al aire y a la luz. Una maraña urbana que es el perfecto reflejo del alma de Fonte, Caracas y Yasmina, encerradas en sí mismas dentro de un círculo dantesco muy personal. o en uno Epopeya dolorosa en la que Nápoles es casi un experimento social.

El gran vínculo entre Marco D’Amore y Toni Servillo

El director ha declarado en repetidas ocasiones que sin la presencia de Toni Servillo nunca hubiera querido rodar Caracas. Imposible no estar de acuerdo con él. El personaje de Giordano Fonte encarna perfectamente su talento. Servillo está todo en el tono de voz, en la indolencia delicada y melancólica. Está en la conciencia del paso del tiempo, en la creatividad aparentemente perdida.

El pináculo de la representación y el punto fuerte. es en la amistad con Caracas, en la realidad que se convierte en una historia y un libro. Un hombre en las antípodas, una personalidad tan lejana pero capaz de generar nuevos estímulos Intelectuales y cambios de perspectiva. Un encuentro entre la vieja y la nueva generación, entre dos almas que buscan de forma retorcida su lugar en el mundo. La complejidad de los personajes se debe a la relación entre los dos actores. El profesor y el alumno dan lo mejor de sí cuando están cerca, cuando dialogan en múltiples niveles.

Marco D’amore y Toni Servillo en “Caracas”. (Fosforo Press/Vision Film)

Las luces y sombras de la película.

Marco D’Amore se enfrenta sin miedo a las páginas de un autor popular como Ermanno Rea. Sus novelas han sido material cinematográfico para cineastas como Mario Martone y Gianni Amelio. Caracas tiene todos los méritos y pocos defectos de una película compleja y difícil. Las pocas sombras de la película coexisten en paralelo con la complejidad y la división de los niveles narrativos, entre visiones rayanas en lo onírico y la cruda realidad.

En la obra conviven diferentes temáticas. como la religión y su exceso fanático, la política y la semilla de la violencia. Argumentos traducidos en imágenes y palabras que tienden a superponerse y luchan por encontrar su propia voz. Su belleza se encuentra en la fotografía de Stefano Meloni, que ofrece visiones napolitanas a veces barrocas, a veces oscuras e inquietas. Una obra que se nutre del contraste semántico entre lengua antigua y nueva contaminación.

Otro punto fuerte es el reparto. Los dos protagonistas antes mencionados son cercanos. Convencen incluso cuando la voz en off del escritor tiende a un lirismo laborioso. La revelación es Lina Camélia Lumbroso, una joven actriz francesa de origen tunecino. El rostro y la mirada orgullosos encarnan la figura rebelde y derrotada de Yasmina, su camino de autodestrucción y amor enfermizo. Caracas fuerzas de reflexión, para buscar respuestas personales dentro de una historia y un final abierto. Hoy en día, es una experiencia que no debe perderse.

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