SEstamos inmersos en la ira. No sé si tú también lo sientes ola insistente de este sentimiento que vuelve a estar de moda y circula libremente y sin vacilaciones en todos los estratos de la sociedad.
Durante la epidemia de Covid decidimos ser todos buenosuna especie de contraste colectivo que en cuanto pasó el miedo nos olvidamos como los propósitos de cualquier lunes por la mañana.
Las desigualdades sociales y el clima de guerra mundial no ayudan para calmar nuestros ánimos hirvientes y en este hábitat airado de “todos contra todos” es casi un crimen declararse “pacifista” y “bienhechor” se ha convertido ahora en un insulto.
Despotricar, ofender, atacar y provocar se han convertido en deportes nacionales y es legítimo hacerlo en cualquier lugar, en la calle, en la televisión o en las redes sociales. Sin duda es una tendencia musical dado el éxito de éste. práctica de canto llamada “dissing”, o el canto rimado de insultos e insultos dirigido al enemigo de turno con la participación de familiares, amigos, esposas y amantes dependientes. Una fórmula más moderna y menos sintética que el antiguo y siempre válido “tus malditas cosas…”.
Por no hablar de los diversos reality shows que se centran en los arrebatos más veraces. para alcanzar picos de audiencia que de otro modo serían inesperados. Y si hasta los ministros de la República nos regalan perlas en este sentidoparece muy difícil frenar esta epidemia de rabia para la que tal vez sea imposible encontrar una vacuna.
Sin embargo, los niños nos observan, registran y absorben nuestros comportamientos como esponjas.aunque sólo sea para ellos, para las generaciones futuras deberíamos reflexionar y tratar de calibrar nuestras emociones.
Para sugerir una reversión de la tendencia, al menos dentro de nuestras familias, viene un libro precioso: Educar sin perder los estribos. Guía práctica para padres. por Erica Petrucciani, pedagogo que se dedica desde hace años a este campo, que ahora considero heroico. La autora pone a nuestra disposición sus décadas de experiencia para ayudarnos a seguir ese camino cada vez más accidentado en el que se ha convertido el crecimiento de nuestros hijos.
Estamos todos desorientados y sobre todo Apuntado por una sociedad que no nos ayuda a mantener los nervios.pero con mucha paciencia y con la pasión que siempre ha acompañado el trabajo de Petrucciani Explica las estrategias necesarias para afrontar los conflictos y superar la sensación de insuficiencia. que siempre acompaña el trabajo de paternidad.
Nadie es perfecto, ni los niños ni los padres. La conciencia de nuestras emociones puede hacer maravillas. y no sólo dentro de las paredes de nuestro hogar.
Todos los artículos de Serena Dandini.
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