El esquiador azul desapareció el 8 de febrero. En Sportweek las hermanas: “Tus bromas, tu increíble fuerza para levantarte. Y luego los conciertos de Vasco y los partidos del Inter… eras una niña maravillosa, soleada y querida por todos. Nuestra vida era simple, ahora es demasiado difícil sin ti”
El 8 de marzo es un mes desde el día que falleció Elena. Y nosotros, en la familia, todavía no hemos conseguido metabolizar el duelo, afrontarlo. Hay momentos muy difíciles, las lágrimas resurgen, los silencios y los pensamientos se superponen, dejándonos tristes. Porque aunque sabíamos, y veíamos todos los días, que Elena estaba enferma, nunca nos resignamos a la idea de que podíamos perderla. Nos aferramos a la fe, a ciertos casos milagrosos, a algunos ejemplos de personas consideradas condenadas y en cambio capaces de vencer incluso una enfermedad muy grave, considerada incurable. Esperábamos que también pudiera aplicarse a nuestra Elly. No estábamos preparados para dejarla ir, no. Simplemente porque nunca te preparas para perder a un ser querido.