El botón en el pecho de Nole que se burlaba de él es producido por una empresa italiana. Sirve para quitar tensión a la pelvis, favoreciendo el trabajo simétrico de los miembros inferiores.
Todo el mundo ha hablado un poco de ese “botoncito” que Novak Djokovic lleva pegado debajo de la camiseta. Bromeó al respecto: “Siempre soñé con ser Iron Man…” para reírse de otro intento de controversia sobre una nueva “arma secreta”. Bien, pero ¿de qué se trata? Es un láser que distribuye “fotones coherentes” por todo el cuerpo. Una nanotecnología que viene de Italia. El “parche” en el pecho que el campeón serbio mostró al mundo hace unos días proviene de Tao Technologies, una empresa de Castelfranco Veneto, fundada en 2012 por Fabio Fontana.
Para qué sirve
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En realidad, como se mencionó, es un láser, se llama Taopatch Sport, un disco de 16 mm de diámetro que “lanza” fotones coherentes hacia el cuerpo humano. ¿Es decir? “Es una tecnología basada en la neurocepción -explica Fabio Fontana-. Es decir, en una mejor comunicación entre el sistema nervioso central y todo el organismo. La luz externa y el calor corporal son suficientes para recargarlo, lo que produce fotones que alimentan los nanocristales como desechos”. Fontana lo sabe bien: “Djokovic es un campeón con o sin nanotecnología, y está claro que no es un producto dopante, no suelta ninguna sustancia química y hay varios deportistas que lo usan”. Este, al igual que otros dispositivos similares, pretende tener un impacto significativo en el atleta especialmente en términos de equilibrio. De hecho, permite un mejor control del movimiento y la simetría del cuerpo. Si se colocan en los lugares adecuados, estos dispositivos ayudan a aliviar la tensión en la pelvis, favoreciendo el trabajo simétrico de los miembros inferiores. En otras palabras, ayudarían a reducir las lesiones, con menos desgaste e inflamación para el cuerpo. “Los efectos de esta tecnología en los atletas han sido objeto de investigación científica por parte del Politécnico de Milán (instituto auxológico italiano) y de la Universidad “Carlo Bo” de Urbino. Investigación que luego fue publicada en el “Journal of Sports Medicine and Physical Fitness”.