Científicos japoneses han descubierto cómo un gusano parásito puede “controlar” a su huésped, la mantis religiosa, de modo que el propio gusano pueda completar su ciclo de vida en el agua. Para ello, el gusano parece haber incorporado todo un paquete de genes de su huésped en su propio ADN, un fenómeno conocido en biología evolutiva como “transferencia horizontal de genes”. Esto le da al gusano las claves para manipular el comportamiento del huésped en el que vive. Los investigadores informaron sus hallazgos esta semana en la revista científica Biología actual.
Los gusanos de crin son gusanos acuáticos delgados que crecen desde larvas y quistes hasta gusanos adultos como parásitos de insectos o crustáceos. Los grillos, saltamontes y mantis religiosas suelen servir como huéspedes definitivos del gusano. Cuando el gusano llega a la edad adulta, induce a su huésped a realizar un extraño comportamiento de salto, lo que a menudo hace que el insecto acabe en el agua. Tan pronto como esto sucede, el largo gusano sale de su víctima para vivir libremente en el agua en busca de una pareja para aparearse y producir una nueva generación de gusanos.
Muy peligrosa
Hace dos años descubierto por el mismo grupo de biólogos japoneses Dirigido por Takuya Sato de la Universidad de Kobe, las mantis infectadas con gusanos adultos se sienten atraídas por la luz polarizada horizontalmente, como la que se refleja en la superficie del agua bajo el sol. Esto explica por qué los insectos infectados van con tanta frecuencia al agua, lo que supone un peligro para sus vidas debido a la caza de peces, mientras que sólo es beneficioso para sus parásitos. De alguna manera el gusano vuelve loca a la mantis.
En su nueva publicación, los japoneses han encontrado una indicación de cómo lo hace el gusano, concretamente a través de genes obtenidos mediante engaño. Un análisis genético mostró que el gusano de crin (Cordados fukui) ha heredado hasta 1.400 genes de su huésped definitivo, la mantis religiosa (Tenodera angustipennis). Ésta es una de las mayores transferencias horizontales de genes que los biólogos hayan observado jamás. Dada la altísima similitud en la secuencia de nucleótidos de estos genes (con 1.342 genes, la similitud entre gusano y saltamontes es superior al 94,5 por ciento), esta toma de posesión de genes debe haber ocurrido recientemente desde una perspectiva evolutiva.
Las cosas se pusieron interesantes cuando los japoneses empezaron a observar la actividad de estos genes robados durante las diferentes etapas de la vida del gusano. Durante la fase en la que el gusano manipula el comportamiento de su huésped, muchos de estos genes parecieron repentinamente ser notablemente activos. Esto también puede incluir genes que promueven que el huésped se sienta atraído por el reflejo de la luz en el agua. Identifican al menos dos candidatos para esto. Pero habrá que demostrar si esto realmente funciona en un experimento posterior.