“Deberían ser 20.000 euros”, pensaron Robert Jongsma y Rik Bakker antes de emprender su viaje por el Weissensee austríaco. Y los hombres han alcanzado su objetivo. “Podemos marcar una pequeña diferencia si trabajamos bien juntos”.
El dinero se dividirá entre dos organizaciones benéficas: Stichting Hartekind, que se dedica a los niños que nacen con defectos cardíacos y a sus padres, y Villa Joep, una fundación que se ocupa de los niños que padecen la rara enfermedad neuroblastoma (cáncer infantil).
Ambos desarrollaron la idea en Ronde Tafel 36 en Assen, una asociación donde se reúnen hombres de entre 18 y 40 años. Y estas organizaciones benéficas están muy cerca del corazón de los patinadores, porque el hijo de Robert, Thom, de 11 años, nació con un defecto cardíaco. Y la hija de tres años del ex ‘Tafelaar’ Johan de Groot sufrió un neuroblastoma el año pasado.
Además de las actuaciones sobre hielo, también se recaudó dinero mediante la venta de champán. Los hombres ven su logro como inspiración para acciones futuras. “Al unir fuerzas y participar, podemos tener un impacto en las vidas de otros de muchas maneras”.