Fue la última y desesperada apuesta de Hitler: el 16 de diciembre de 1944 atacó a las tropas estadounidenses en las Ardenas con 400.000 hombres. Quedaron completamente abrumados por la ofensiva, pero después de un mes de lucha lograron expulsar a los alemanes. La batalla ha pasado a la historia como la Batalla de la protuberancia y la Wehrmacht alemana nunca se recuperaría de esta derrota.
Se ha escrito mucho sobre esta famosa ofensiva de las Ardenas, pero los arqueólogos de la Universidad de Gante han mapeado casi mil nuevos detalles del campo de batalla utilizando un sistema lidar montado en un dron, un “radar” que utiliza luz láser en lugar de ondas de radio. Entre ellas se incluyen trincheras y posiciones de artillería, que aclaran el curso de la batalla. Los investigadores presentaron sus resultados este mes en la revista antiguo.
Las colinas arboladas de las Ardenas son de difícil acceso. Esto significa que los aliados no esperaban un ataque alemán allí, pero también que a los arqueólogos no les resulta fácil investigar el campo de batalla. Por ello, los científicos de Gante decidieron explorar parte del lugar desde el aire con un dron. Lo equiparon con un sistema lidar que podía ver a través del dosel y registrar con precisión detalles en el suelo, con una nitidez de 40 píxeles por metro cuadrado.
Decenas de estructuras
Para su experimento eligieron un terreno de 4,4 hectáreas al sureste de la ciudad de Schönberg. Los días 18 y 19 de diciembre, los alemanes rodearon aquí a varios regimientos de la 106.ª División de Infantería estadounidense. El reconocimiento lidar reveló decenas de estructuras, de las cuales cuatro emplazamientos de artillería fueron los más destacados.
“Después de eso, fuimos al sitio para ver cómo estaba todo exactamente”, dice Birger Stichelbaut, autor principal del artículo. “Lo que vimos confirmó lo que ya habíamos visto en los mapas que habíamos creado con nuestro lidar. La posición estaba dirigida hacia el este, de donde procedían los alemanes. Encontramos todo tipo de material sobre las posiciones, no sólo estadounidenses, sino también alemanas. Esto indica que los alemanes utilizaron estas posiciones después de haberlas tomado”.
Stichelbaut y sus colegas utilizaron su conocimiento de los patrones del paisaje para estudiar un mapa más antiguo de una parte más amplia del campo de batalla. “Tenía una densidad de no más de un píxel por metro cuadrado, pero logramos identificar más de novecientos lugares especiales en un área de diez por trece kilómetros. También los visitamos para verificar si era correcto”.
Casi todos los testigos de esta batalla han muerto.
Birger Stichelbaut autor principal
Lo bueno, dice Stichelbaut, es que un colega ya había recorrido a pie parte de este lugar en busca de cicatrices de batalla y encontró a simple vista una docena. “El lidar llegó a más de cien, un factor de diez más”.
El siguiente paso del proyecto es enseñarle a la computadora a buscar restos de la guerra en mapas mal definidos. De este modo se podrían hacer visibles todos los rastros de la ofensiva de las Ardenas, afirma Stichelbaut. “Eso es realmente importante. Los testigos presenciales de esta batalla han muerto casi todos, por lo que el paisaje queda como último testigo. En cuanto al paisaje de la Primera Guerra Mundial, no es necesario convencer a nadie en Bélgica de la importancia de preservarlo; Ojalá ahora también tengamos esta conversación sobre las Ardenas”.