El sol ahora ha desaparecido detrás de algunas nubes. Los visitantes van y vienen en bicicleta por uno de los muchos senderos para bicicletas en Dwingelderveld. Hay mucho espacio para los amantes de la naturaleza en el parque. «Pero la gente a menudo piensa en un Parque Nacional como una naturaleza destinada a las personas, pero ese no es necesariamente el caso», dice Sanne van Gemerden, guardabosques de Natuurmonumenten. «Siempre debe haber espacio para que los amantes de la naturaleza visiten el parque, pero la naturaleza siempre es lo primero».
Proporcionar espacio para la naturaleza, pero también hacer que el parque esté disponible para los visitantes puede ser un dilema difícil para los administradores de la naturaleza. «Pero realmente no me resulta difícil hacer ese compromiso entre las personas y la naturaleza», dice Van Gemerden. «Por ejemplo, a veces sucede que las plantas que crecen cerca de los carriles para bicicletas son atropelladas por ciclistas. Este es, por supuesto, un pequeño ejemplo, pero tiene un impacto en la naturaleza».
Desde los vastos páramos hasta uno de los más de sesenta pantanos y túmulos funerarios que datan de una época mucho antes de que comenzara la era cristiana: el Dwingelderveld es un paisaje muy especial. No todo el mundo siempre se da cuenta de eso, según el guardabosques. «No todos los residentes locales se dan cuenta de lo especial que es la naturaleza de Drenthe», dice Van Gemerden.