Un continuo juego de espejos entre realidad y cine en la memoria de Monica Vitti


Corría el año 1997 cuando una joven directora milanesa sorprendió en el Festival de Cine de Venecia, entre otras cosas ganando la Semana Internacional de la Crítica, con su ópera prima, Tano para morirse: un musical colorido y excesivo, ambientado en el mercado de Vucciria de Palermo y apoyado por una banda sonora del napolitano Nino d’Angelo. Veintiséis años y siete largometrajes después -lo que la llevó a una nueva comedia musical (Historias del lado sur) al drama (Ángela Y Los besos nunca dados) hasta el documental (Le favolose), Roberta Torre decide concentrarse, con me duele el pelo, sobre un monstruo sagrado del cine italiano, Monica Vitti, fallecida hace un año y medio tras una larga enfermedad degenerativa que la obligó a abandonar las pantallas. El resultado es una película imperfecta pero conmovedora que mezcla realidad con sueños, reconstrucción con representación, dolor con pasión, amor por el cine con amor por la vida.

Un homenaje a Mónica Vitti

Un continuo juego de espejos entre lo verdadero y lo verosímil

My Hair Hurts se basa en las convincentes actuaciones de los dos actores principales. Empezando por Alba Rohrwacher en el papel de la protagonista Mónica que, volviendo a ver las películas más famosas de su homónimo más famoso, encuentra un antídoto contra el síndrome de Korsakoff que devora su pasado y quema su presente. Y siguiendo con Filippo Timi, en el papel de su marido Edoardo, que acepta el juego de su mujer y la acompaña con ternura y complicidad. Nuestra Mónica, inspirándose en algunas de las películas más famosas de Vitti, empieza a vestirse como ella, a imitarla, a reproducir sus personajes, hasta el punto de confundir el cine con la realidad. En un continuo juego de espejos entre lo verdadero y lo verosímil cada vez con más matices.

Otra figura femenina en el centro del acontecimiento romano

me duele el pelo confirma la vocación femenina de la 18ª edición del Festival de Cine de Roma. Después de Delia habia mañana , interpretada y dirigida por Paola Cortellesi, otra mujer ocupa el centro del acto capitolino. Y lo hace explotando el rostro y la expresividad de Alba Rohrwacher que se enfrenta a uno de sus mitos cinematográficos. «Vitti – explica – siempre ha sido un punto de referencia para mí, actriz y espectadora. Es una intérprete inmensa, sublime, que ha alimentado mi imaginación. Para desempeñar este papel dejé entrar a Mónica Vitti en mi inconsciente, incluso la llevé dentro de mí en mis sueños.»

Un antídoto contra la pérdida de memoria.

Si la protagonista pierde la memoria, el objetivo del director es ayudarnos a todos a no hacer lo mismo. Como subraya la propia Roberta Torre: «El tema de esta película es también la pérdida de la memoria emocional, histórica. Memoria e identidad están profundamente vinculadas, al borrar el pasado la identidad desaparece. ¿Es posible pedir prestado un recuerdo para redescubrirse a uno mismo? Esta pregunta me guió en la historia de la película. Y de nuevo: ¿es necesario el olvido? Borrar caché, hacer espacio, limpiar. Es una película que habla de fantasmas y, en cierto sentido, los evoca, los cuestiona o, más simplemente, quiere pasar tiempo con ellos, ya sea cómico o divino.» Película que a partir del viernes 20 de octubre estará en cines en 80 ejemplares distribuida por I Wonder Pictures,

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