Un contable ladrón inventó los robos y robó 183.000 euros

Por Karin Hendrich

Una de las cosas de mentir en un tribunal es que a los testigos no se les permite hacerlo. De lo contrario, corre el riesgo de ir a prisión. A los acusados, por otro lado, se les permite hacerlo hasta que las barras se doblen. Como Claudia B. (53). Quien liberó a su empleador de 183.800 euros y contó una historia descabellada en el juicio ante el juez de distrito…

Como contable de una empresa de eliminación de residuos, rebuscó repetidamente en la caja registradora. Esto se disfraza con supuestos retrasos operativos en el abono a la cuenta comercial. Las cosas fueron bien durante meses. Gracias a la falta del principio de los cuatro ojos y la falta de control. También su alto nivel de confianza en la dirección de la empresa.

Hasta que apareció un nuevo jefe. Sólo le llevó tres semanas descubrir la existencia de la señora Langfinger. La rescisión sin previo aviso se produjo inmediatamente en marzo de 2021.

El juicio por infidelidad dos años y medio después. Al principio no hubo rastro de perspicacia o remordimiento. “No manipulé documentos ni tomé cantidades para mí”, habló de robos en la empresa. Y de falsos mensajeros de dinero que los amenazaban.

“Tenía miedo por mí y por mi familia”. Estos hombres ya habían presionado a su antiguo jefe. “Estoy siendo chantajeado por una banda de colombianos”, le confesó antes de morir. La acusada: “Me quedé estupefacta”. Más tarde, estos mensajeros de dinero falso la acosaron con sus exigencias. “Caí en estado de shock, (…) entregué el dinero por miedo”.

El juez incrédulo: “Una historia divertida. El de los criminales colombianos”. Evidentemente, la acusada tuvo que volver a pensar en sus dudas. Porque, el segundo día del juicio, de repente hizo que su abogado anunciara un cambio de sentido: “Las acusaciones del auto de procesamiento son correctas”.

Al final, Claudia B. salió mejor parada con la verdad: en lugar de la amenaza de una pena de prisión, le impusieron dos años de libertad condicional.

El juez: “La acusada no dijo qué hizo con el dinero”. Pero como ningún autor debería beneficiarse de su delito, la suma malversada está sujeta a confiscación.



ttn-es-27