Un año, el boom y luego la despedida: Onana como Roberto Carlos y Hakimi

Los nerazzurri habían fichado al camerunés a título gratuito procedente del Ajax y lo vendieron en la Premier League tras una gran temporada: situaciones similares a las que le sucedieron al campeón brasileño y al marroquí

Mateo Nava

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Doce meses, a veces menos, es suficiente para dejar una gran huella. A los ojos de la afición, por supuesto, pero también en las cuentas del club. André Onana se vendió en la Premier League por un total de 55 millones y el Inter se embolsó una sensacional plusvalía. De hecho, el camerunés llegó a Milán el 1 de julio de 2022 libre procedente del Ajax y en tan solo una temporada completó varios ascensos: el personal de las incertidumbres de la Copa de África a la solidez nerazzurri, el de las jerarquías al socavar a Samir Handanovic del rol de propietario y el del panorama mundial, de prometedor portero explosivo a formidable hombre de mercado. Y ese no es el único caso en la historia del club.

París llamando

De hecho, basta con rebobinar la cinta un par de años y hay un caso similar en la casa del Inter, sin embargo movido a la banda derecha. Porque en 2020 los nerazzurri siguen encandilados por las llamas de Achraf Hakimi con la camiseta del Borussia Dortmund, aunque en realidad su ficha sea del Real Madrid. No está mal, los futuros campeones de Italia dirigidos por Antonio Conte se enfrentan a los líderes de la Blancos y traen el marroquí a Appiano Gentile: 43 millones ciertamente no son pocos, pero el madrileño derriba a cualquier rival durante toda una temporada y firma así el 19º scudetto nerazzurro, dominando por todos lados. Tremenda repercusión, quizá excesiva dado que el Paris Saint-Germain está haciendo todo lo posible por arrebatárselo a su nueva afición. No baja el pie y Steven Zhang tampoco frente a los bonos de más de 68 millones que están en blanco y negro. Muchos saludos Achraf, fue un placer.

una toma

En la historia del Inter hay otros casos de excelentes plusvalías acumuladas tras una sola temporada no tan sensacional (Pele, Fabio Grosso, Luc Castaignos), pero el otro caso que sin duda hay que mencionar entre los que lograron brillar en una sola temporada es el de Roberto Carlos, que llega a Milán en agosto de 1995 con solo 22 años pero ya con la parafernalia del posible fenómeno: Palmeiras recauda alrededor de 10.000 millones de liras e Inter cobra un futuro campeón del mundo. La temporada es convulsa, comienza con Ottavio Bianchi en el banquillo y termina con Roy Hodgson que lo considera demasiado indisciplinado tácticamente a pesar de los 7 goles de la temporada: mejor venderlo al Real Madrid, que basará sus éxitos en Roberto Carlos para la siguiente década. El Inter se comerá las manos por quedarse con él solo un año.







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