Ya se usaban durante la Segunda Guerra Mundial, pero aún hoy en día los blancos falsos inflables siguen siendo un truco eficaz para engañar a la otra parte en una guerra. Por ejemplo, la empresa checa Inflatech suministra lanzamisiles inflables HIMARS a Ucrania, que el ejército ruso considera reales y, por lo tanto, los rusos disparan sus costosos misiles.
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