Ucrania, Bassetti: «Guerra loca, es hora de construir puentes, no muros»


“Las noticias dramáticas y las imágenes aún más inquietantes provenientes de Ucrania nos hablan de una tragedia humanitaria que nunca quisimos ver. Mis pensamientos y oraciones van a todas aquellas personas que ahora se encuentran en refugios subterráneos y a los que están huyendo”, dijo el Cardenal Gualtiero Bassetti, Arzobispo Metropolitano de Perugia-Città della Pieve y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, en el Palazzo Vecchio de Florencia. , durante la sesión del último día del foro de obispos y alcaldes de las ciudades del Mediterráneo. El evento se cierra con la celebración de la Misa en la Basílica de Santa Croce, en presencia del Presidente de la República Sergio Mattarella, quien llegó a Florencia en tren. El jefe de Estado está sentado en la primera fila de los bancos de la basílica. “Estimado presidente, fue una experiencia de escuchar y compartir en el espíritu de la encíclica Fratelli Tutti del Papa Francisco”, dijo Bassetti a Mattarella: “Gracias por estar aquí”.

Es hora de construir puentes, no muros

«A todos los que están luchando -añadió- quisiera utilizar las sencillas palabras de un anciano sacerdote: ¡por favor, les imploro, paren! ¡En nombre de Dios, no a la guerra!». Y «mientras estalla una guerra enloquecida en Ucrania que trae muerte y destrucción, el reloj de la historia ha dejado de correr en Florencia y ha sonado la hora de la paz y el diálogo”, subrayó Bassetti. “Es hora de construir puentes, no muros”, dijo. Cardenal Gualtiero Bassetti.

Rescatar y ayudar no es un problema, sino una oportunidad

Bassetti deseó la paz en el Mediterráneo, tema del encuentro. “En los últimos años, miles de hombres, mujeres y niños han perdido la vida cruzando este mar en busca de una vida mejor o huyendo de una guerra. Esta dramática emergencia nos interpela profundamente como cristianos y como personas humanas. No podemos permanecer indiferentes ante el gran flujo migratorio que caracteriza al Mediterráneo desde hace ya un tiempo. Por lo tanto, debemos rescatar y ayudar». Y, subrayó el alto prelado, “también debemos cambiar el paradigma y la narrativa de las migraciones: deben ser vistas no solo como un problema sino como una gran oportunidad. Una oportunidad para transformar nuestras ciudades en lugares de acogida y hospitalidad».



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