Tumores, los más ricos tienen más posibilidades de hacerlo: en el Norte, tres veces más mamografías que en el Sur

En las proyecciones, una brecha inaceptable entre el norte y el sur

“En 2021 –prosigue Perrone– la cobertura de los programas de cribado volvió a los niveles previos a la pandemia pero las diferencias regionales siguen siendo anormales: en 2021, los valores de cobertura de mamografía en el Norte alcanzaron el 63 % frente al 23 % en el Sur. se encuentran en el 45% del Norte frente al 10% del Sur. En tamizaje cervical, el 41% de las regiones del norte son contrarrestadas por el 22% de las del sur. La brecha Norte-Sur ya era evidente antes de la pandemia, pero muchas Regiones del Sur aún no lograron recuperar los retrasos acumulados. Se necesita un compromiso extraordinario para mejorar los niveles de adhesión en estas áreas también poniendo en marcha las guarniciones en la zona, como las farmacias, para la promoción del tamizaje colorrectal”. Mientras tanto, los oncólogos participan activamente: en las próximas semanas, Aiom lanzará una importante campaña de sensibilización dirigida a las regiones del sur.

La carga del gasto en los pacientes

El impacto de las disparidades en los pacientes con cáncer se destaca en una encuesta sobre los costos que soportan las familias afectadas por la enfermedad realizada por la Federación de Asociaciones de Voluntarios en Oncología (Favo) con el Instituto Nacional del Cáncer de Milán y con el Instituto Nacional del Cáncer de tumores Fundación Pascale de Nápoles. “Nuestro trabajo – explica el presidente Favo Francesco De Lorenzo – ha demostrado que debido a las deficiencias del servicio nacional de salud, los pacientes gastan una media de 1.800 euros de su propio bolsillo para el tratamiento, de los cuales 7-800 euros para movilidad interregional y 400 euros para realizar investigaciones diagnósticas, a las que recurren de forma privada debido a las largas listas de espera que retrasarían la verificación del diagnóstico”. Un análisis socioeconómico realizado hace dos años por Crea Sanità sobre los “viajes de la esperanza” en oncología confirma indirectamente los datos sobre el peso económico de los pacientes que viven en zonas desfavorecidas: el balance de movilidad de los tumores fluctúa desde un valor positivo igual a 87,8 millones en Lombardía a uno negativo de -52,1 millones en Campania. Y si el balance es positivo en Lombardía, Lazio, Veneto, Emilia Romagna, Toscana, Friuli Venezia Giulia, Umbria y Pa di Bolzano, el conjunto del Sur suma 160 millones en movilidad pasiva por cáncer.

El derecho a la rehabilitación de 2,5 millones de pacientes en fase postaguda

“Eliminar las desigualdades también significa tratar la vida ‘después’ del cáncer – dice la secretaria general Favo Elisabella Iannelli – sobre la base de la ruta trazada por el nuevo Plan Nacional de Oncología que acaba de aprobar la Conferencia Estado-Regiones. Sin duda, es necesario fortalecer los servicios de prevención y mejorar el acceso a las terapias. Pero no solo. Igual atención debe prestarse a la calidad de vida de quienes han superado la fase aguda de la enfermedad: más de 2,5 millones de personas en nuestro país. El derecho al tratamiento del cáncer significa también poder contar con una rehabilitación de 360 ​​grados: cuando se ha superado la fase aguda de la enfermedad, pero uno aún no puede considerarse curado, agrega Iannelli. Un tema que la Federación persigue desde su creación en 2003, con miras a completar el camino de los tratamientos oncológicos. «Las desigualdades en el acceso a los servicios de rehabilitación biológica, psicológica y social impiden que los pacientes puedan reincorporarse plenamente a la vida activa, al trabajo ya una posición social digna. La falta de intervenciones rehabilitadoras en oncología provoca un cortocircuito que aumenta el riesgo de menores posibilidades de curación y recuperación del cáncer – concluye Iannelli -. Apoyar a los enfermos también económicamente, proteger el trabajo y los ingresos son intervenciones de fundamental importancia para contribuir a superar la brecha socioeconómica que hace que los enfermos sean aún más frágiles y en riesgo de empobrecimiento, incluso en la fase posaguda y crónica. Para ello es necesario superar las desigualdades que afectan la equidad efectiva de acceso a una atención de calidad y que pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Las asociaciones de pacientes piden que, en línea con las indicaciones de la Comisión Europea, se garantice la rehabilitación oncológica y que, por tanto, se incluya en los niveles esenciales de asistencia”.

El lastre de la burocracia: la mitad de la visita se destina a “papeleos”

Otra fuerte criticidad que corre el riesgo de comprometer la calidad de la atención y alargar aún más las listas de espera se refiere a las obligaciones burocráticas que absorben al menos la mitad del tiempo de cada visita oncológica. “Una investigación realizada en 35 hospitales en la que participaron 44 especialistas para un total de 1.467 pacientes visitados, arrojó que durante una cita, de los 14 minutos dedicados a visitar a la persona, se dedican otros 14 a rellenar formularios, reservar citas, visitas, exámenes, camas. y sillones para admisiones o hospitales de día, recetas, envío de correos electrónicos – explica Rossana Berardi, miembro de la Junta de Aiom -. Una cifra que probablemente esté incluso subestimada, ya que muchos centros dedican días fijos a estas actividades. La escasez de clínicos se ha convertido en una auténtica emergencia, provocada por la pandemia, por el limitado número de facultades de medicina mantenidas durante demasiados años, por el elevado número de jubilaciones y por el bloqueo de la rotación -prosigue-. Las Regiones podrían liberar a los clínicos de las actividades burocráticas: proponemos un modelo de apoyo a los oncólogos con personal nuevo. Personal administrativo y paramédico, biólogos o gestores de datos capaces de realizar actividades burocráticas durante las visitas, para acortar su duración y aumentar su número. Menos tiempo dedicado a llenar formularios significa más horas disponibles para visitas de pacientes”. “El número limitado en Medicina ha sido la regla durante años y hoy pagamos el precio – agrega Cinieri -. Tomará tiempo para que los nuevos suscriptores comiencen a trabajar y llenen el vacío que se ha creado. Faltan médicos de familia, profesionales de urgencias y salas hospitalarias, especialistas en estudios. Pedimos más atención para afrontar la pandemia del cáncer, más espacios físicos y más profesionales en plantilla, incluyendo figuras de ayuda como psicooncólogos, gestores de datos y gestores de casos”.



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