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El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, invitó al presidente Xi Jinping a su toma de posesión en enero, en una señal temprana de que tiene la intención de reanudar el compromiso de alto nivel con el líder chino que marcó su primer mandato.
Karoline Leavitt, la secretaria de prensa entrante de la Casa Blanca, dijo a Fox News el jueves que Trump quería crear un “diálogo abierto” con países que eran adversarios de Estados Unidos, no sólo con aliados y socios.
“Vimos esto en su primer mandato. Recibió muchas críticas por ello, pero condujo a la paz en todo el mundo. Está dispuesto a hablar con cualquiera y siempre pondrá los intereses de Estados Unidos en primer lugar”, dijo Leavitt.
Leavitt dijo que estaba “por determinar” si Xi aceptaría la invitación. La embajada china no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
La invitación se produce mientras Beijing se prepara para una escalada en la guerra comercial que Trump lanzó contra China en 2018. El presidente electo de Estados Unidos ya ha amenazado con imponer un arancel del 60 por ciento a las importaciones procedentes de China, lo que supondría un gran aumento con respecto a la impuestos que impuso a los bienes del país en su primer mandato.
Trump asumirá el cargo mientras las relaciones entre Estados Unidos y China siguen cerca de su peor estado desde que los países establecieron relaciones diplomáticas en 1979.
Estados Unidos está preocupado por la actividad militar china en torno a Taiwán y la actividad coercitiva hacia países como Filipinas en el Indo-Pacífico. China, a su vez, acusa a Estados Unidos de inmiscuirse en sus asuntos internos relacionados con Taiwán y está enojada por los controles de exportación estadounidenses que están diseñados para dificultar que el ejército chino utilice la tecnología estadounidense para modernizarse.
Trump también ha elegido a varios funcionarios extremadamente agresivos para ocupar altos cargos en materia de seguridad nacional. Ha dicho que nominará al senador Marco Rubio, uno de los halcones de China más vocales en el Congreso, para ser secretario de Estado, y tiene la intención de nombrar a Mike Waltz, congresista de Florida y ex Boina Verde, como su asesor de seguridad nacional en la Casa Blanca.
Trump tuvo una relación complicada con China durante su primer mandato. Cortejó a Xi en 2017 antes de lanzar una guerra comercial al año siguiente. Pero adoptó una postura dura en cuestiones económicas y de seguridad en 2020, al culpar a Beijing de la pandemia de Covid-19, que surgió de Wuhan.
En los últimos meses, los funcionarios chinos han estado tratando desesperadamente de determinar qué quiere lograr Trump en sus relaciones con China y si quiere impulsar algún tipo de acuerdo con Xi, incluido el comercio. Varias personas cercanas al equipo de Trump dijeron que esperaban que el presidente entrante adoptara un enfoque duro en materia de comercio al principio de su administración para obligar a China a sentarse a la mesa de negociaciones.