Por Michael Zöllner
Jette Steckel representó para la Schaubühne el drama de Heinrich von Kleist “Pirnz Heinrich von Homburg” como un monumental teatro de abrumador. El estreno fue el martes.
Guerra en el mundo y también guerra en el teatro. Para su producción del “Príncipe Friedrich von Homburg” de Kleist, la directora Jette Steckel transformó la Schaubühne en un campo de batalla. El estreno fue el martes por la noche.
Montañas de sacos de arena negros apilados contra la pared de una trinchera llenan el escenario de Florian Lösche. Aquí los prusianos luchan contra los suecos, ganando incluso la batalla decisiva. Pero el joven Príncipe de Homburg (el gran Renato Schuch) no espera la señal del Elector (Axel Wandtke) como le ordenó y ataca demasiado pronto. Es la muerte, y ni siquiera la victoria ayuda.
El drama militar de Kleist sigue siendo tan actual como lo fue hace doscientos años. ¿Sigues tu propia evaluación? ¿Tu propia conciencia? ¿O la razón de Estado?
El Homburg de Steckel está atormentado, la guerra parece ser una situación permanente, al fin y al cabo toda la corte viste trajes de soldado. El paisaje oscuro y monumental se ilumina repetida y poderosamente mediante focos. Las impresionantes imágenes van acompañadas de canciones de The Doors y David Bowie.
Jette Steckel logra lograr grandes momentos, pero normalmente uno se siente más abrumado que sorprendido. Con las guerras que azotan el mundo, esto es irritante.