Los arrestos ocurrieron el mes pasado, pero la policía los anunció recién el jueves. Los sospechosos son hombres de 21 años de Rotterdam y Zandvoort y un hombre de 18 años que no tiene un lugar de residencia permanente.
Las empresas afectadas recibieron un mensaje de los hackers tras el robo, en el que les indicaban que debían pagar un rescate. Si no lo hicieran, los datos serían liberados. Los perpetradores exigieron más de 100.000 euros, y en un solo caso hasta 700.000 euros. Algunas empresas transfirieron la cantidad exigida, pero luego los datos robados a menudo se revendían en mercados negros virtuales. El principal sospechoso, el hombre de Zandvoort, habría ganado varios millones de euros con esto.
En los allanamientos, los piratas no solo robaron nombres y direcciones de los clientes de las empresas, sino también números de cuentas bancarias, tarjetas de crédito, contraseñas, números de seguridad social y datos de pasaportes. Para los estafadores, esa información vale oro, porque les permite defraudar a personas y empresas. Por eso los estafadores pagan mucho dinero en los mercados negros.