Tonnie Hendriks de Goirle está desconsolado. De buena fe, entregó todos sus objetos de valor a alguien ‘de la policía’ el martes, quien los guardaría de forma segura. Pero ahora está claro que se ha enamorado de un truco de chat y probablemente nunca volverá a ver las cosas. El anillo de bodas de su difunto esposo. Su propia joyería. Y el dinero que había apartado para una gran fiesta. Todo se ha ido”, dice con tristeza su hija Els Verhoeven.
Els instaló un timbre con una cámara para su madre el año pasado, después de que Tonnie fuera visitada por un falso empleado de atención domiciliaria. “Cuando mi madre no hizo lo que esa mujer le pidió, se fue muy rápido. Le dije que no volviera a abrir la puerta porque están tratando de llevarse sus cosas. Unos días después, tenían a alguien más en el complejo de apartamentos”.
“Ella no se dio cuenta de que tenía que llamarme primero”.
Pero cuando Tonnie recibió una llamada de ‘alguien de la policía’, se enamoró de todos modos. “Él le dijo que las personas que habían estado con ella el año pasado habían sido detenidas. Pero una persona seguía siendo un fugitivo. Podría volver”, dice Els. El hombre del teléfono le aconsejó a Tonnie que pusiera sus cosas en una caja fuerte para que estuvieran seguras. Alguien del banco vendría más tarde ese día a recoger las cosas.
Astutos como eran los estafadores, dijeron que su hija Els estaba en la estación de policía en ese momento para obtener más información. “Así que no se dio cuenta de que tenía que llamarme primero”, dice Els. Poco después, un hombre tocó el timbre.
Els le dio todo lo que tenía de valor en su casa. Efectivo, unos 10.000 euros en joyas, su alianza y la de su difunto marido. “Dijeron que guardarían todo y lo devolverían al final de la semana. Se le permitió quedarse con 50 euros para poder hacer algunas compras”.
“Le había prometido cosas a sus nietos, ya no puede dar todo eso”.
Cuando Tonnie le dijo a la atención domiciliaria un poco más tarde, Els se alarmó. Inmediatamente llamó a la policía. “Todo lo que tiene valor emocional para nosotros se ha ido. Le había prometido cosas a sus nietos, ya no puede dar eso”, dice Els. “Hace unos meses me dijo: ‘Tráenos el anillo de bodas de papá’. No pensé que fuera necesario en ese momento. Ahora pienso, si me lo hubiera llevado conmigo”, solloza.
Tonnie también estaba ahorrando para una gran fiesta que quería hacer cuando cumpliera 95 años. Ella había apartado 850 euros. Ese dinero también se ha ido. “Mi madre está muy molesta. Ella dijo: ‘Cancélalo. Porque lo he perdido todo’. Ella está llorando todo el día”.
La policía llegó el miércoles por la mañana para investigar. Según Els, los agentes encontraron una huella y tomaron las imágenes de la cámara. También colocaron cartas en el piso para advertir a otros residentes. Els hablará con el gerente del complejo el jueves. “Sería bueno si todos aquí tuvieran una cámara en la puerta principal. Los ancianos deben estar mucho más protegidos”, dice Els.
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